Cual Es La Razon Del Titulo De La Novela A La Costa
Enviado por tuguanta • 8 de Agosto de 2013 • 3.732 Palabras (15 Páginas) • 1.133 Visitas
UNIDAD EDUCATIVA SANTA ROSA
NOMBRE: YARITZA MATAILO SIGUENZA
CURSO: TERCERO BACHILLERATO “CONTABILIDAD”
MODULO: R E T
Relación de poder
Las relaciones sociales de poder son una multitud de interacciones, reguladas por normas sociales, entre dos o más personas o grupos sociales, donde se corresponde ejercer poder(habitualmente disciplinario o involuntario) en forma coercitiva. Este concepto es muy utilizado en antropología política para estudiar el poder coercitivo social (policía, ejército, etc.).
La Personalidad del Negociador en La Negociación
Es sabido que existen personas que nacen con una capacidad especial para negociar, pero también es cierto que las habilidades se adquieren con la práctica y los distintos cursos que se dictan sobre la materia.
Sea que haya nacido con capacidad negociadora o la haya adquirido, el Negociador Profesional que busca lograr el éxito en sus Negociaciones es aquel que combina la habilidad de lograr acuerdos, una actitud competitiva fuerte, el dominio de problemas complejos y la sensibilidad hacia otros.
Además todo Buen Negociador habrá de tener una personalidad tal que posea las siguientes características: persona equilibrada, serena, emocionalmente estable, comunicativa, comprensiva, modesta, armonizadora, flexible, amable, paciente, atenta, activa, alto grado de autoestima y positiva. Aunque además de estas características serán necesarias una serie de habilidades relacionales como las habilidades de comunicación y con la predisposición al “todos ganan” que serán claves para el éxito de la Negociación.
Otra característica sumamente importante que más apoya a un Negociador a llegar a los resultados esperados es su madurez síquica. Esta hará que:. la razón siempre predomine sobre lapasión.
. muestre empatía, habilidad de conocer que siente la otra persona, de ponernos en su lugar. Y tan solo conociendo sus intereses, sus ilusiones y sus temores seremos capaces de comprenderlo y de encontrar una solución que sea válida para todos.
. sea paciente, la negociación requiere su tiempo, no se debe precipitar los acontecimientos. Dentro de lo posible hay que adaptarse al ritmo negociador de la otra parte. Hay que saber esperar, dejar que las cosas maduren.
FASES DE UN PROCESO NEGOCIADOR
Planifica la negociación y garantiza un acuerdo eficaz
La planificación como primera fase del proceso de negociación, se caracteriza por ser una fase fundamentalmente informativa. En ella, las partes van a elaborar una estrategia que va a ser definitiva a la hora de llevar a cabo con éxito la segunda fase del proceso de negociación, esto es, la interacción o ejecución.
En cuanto a la primera fase, hemos de tener en cuenta una serie de consideraciones. En primer lugar, hemos de tener presente que nuestro principal objetivo (así como el de la otra parte) es la de llegar a un acuerdo eficaz. Un acuerdo eficaz es aquel que mejor distribuye los beneficios entre las partes, y mejor representa nuestros intereses. Por lo que la primera cuestión a tener en cuenta en la elaboración de nuestra estrategia o plan, debe ser precisamente, la elaboración de una lista con nuestros intereses.
Antes de entrar a conocer los intereses de la otra parte, hemos de conocer bien cuáles son los nuestros, y hacernos una serie de preguntas. ¿Hasta dónde podemos llegar? ¿Cuáles son los límites mínimos o máximos en los cuáles podemos garantizar el cumplimiento del pacto? ¿Cuánto estoy dispuesto a pagar? Éstas y otras preguntas, nos van a permitir definir mejor nuestros intereses, y nos van a ayudar a elaborar nuestra estrategia.
Conocer los intereses de las partes: la importancia de la información en el proceso de negociación.
Una vez tengamos claros cuáles son nuestros intereses y hasta dónde estamos dispuestos a llegar, esto es, nuestros límites, es necesario conocer los intereses de la otra parte. Partimos de la base que es preferible una negociación colaborativa a una negociación posicional (cuya diferencia se explica en una entrada anterior) ya que aquélla nos permite integrar mejor los intereses de las partes y distribuir mejor los beneficios en un acuerdo.
Por lo tanto, hemos de conocer cuáles son las motivaciones que llevan a la otra parte a negociar con nosotros. Para ello, nos puede ayudar el responder a una serie de cuestiones, tales como: ¿Qué le podemos ofrecer a la otra parte? ¿Cuáles son sus intereses? ¿Hasta dónde está dispuesta a llegar la otra parte, sus límites? Son preguntas que resaltan la importancia de la información en el proceso de negociación.
¿Dónde obtenemos esa información? Podemos distinguir básicamente dos fuentes, una subjetiva y otra objetiva. La primera, llamada subjetiva porque depende de valores personales, la obtendremos directamente de la otra parte. ¿Cuánto quieres por ese local? ¿Por qué quieres comprar una determinada maquinaria? Se trata de saber cuáles son los intereses de la otra parte. La segunda gran fuente de información en un proceso de negociación, la obtendremos de índices o valores objetivos, como por ejemplo el valor del mercado, y nos permitirá hacernos una idea sobre los precios o límites en los que nos debemos mover.
Planificación y estrategia: ¿Qué hacer con la información?
Una vez hayamos obtenido toda la información que consideremos necesaria, lo que tenemos que hacer es contrastarla y ordenarla, de acuerdo a la planificación y a la estrategia, que inspiran el proceso de negociación. Esto lo haremos en dos grandes pasos. En primer lugar, ordenaremos la información obtenida contraponiéndola con nuestros intereses.
En toda negociación, sobre todo la que tiene en cuenta como uno de sus objetivos principales el mantenimiento de una relación preexistente, es posible que existan intereses comunes entre las partes que subyacen durante el proceso de negociación, y que nos pueden facilitar la eficacia de un determinado acuerdo.
Por ejemplo, si lo que se negocia es un contrato de arrendamiento de una vivienda, una de los intereses subyacentes y comunes de las partes, además del precio (que suele ser uno de los intereses principales) es que el contrato se prolongue durante un cierto tiempo. Por ejemplo, a nosotros como alquilados, nos interesa quedarnos en una determinada zona durante unos años, porque somos estudiantes universitarios que acaban de iniciar una carrera de cuatro años. Y al arrendador le puede interesar que su vivienda esté ocupada durante un periodo largo de tiempo, para garantizar una fuente de ingresos regular. Como ambas partes queremos que el acuerdo sea duradero, es muy posible que obtengamos ciertas concesiones a la hora de definir el precio. Un alquiler barato a cambio de unos ingresos regulares.
En
...