¿Cuanto Debo Cobrar Por Mis Servicios?
Enviado por miguelmileo • 10 de Octubre de 2014 • 1.821 Palabras (8 Páginas) • 290 Visitas
Desde hace algún tiempo he tenido la suerte y el privilegio de compartir con muchísimos profesionales en distintas ciudades del país y de igual forma por canales virtuales, estos profesionales indiscutiblemente hacen de mi ejercicio individual algo muy nutritivo con todas sus experiencias y fortalecen en gran medida mi perfil, siempre voy a estar muy agradecido en ese sentido. La situación particular y que honestamente nunca llegué a predecir fue la colosal cantidad de consultas que recibo sobre la cuantía monetaria de cualquier tipo de actuación profesional, o dicho en cristiano: ¿Cuánto deben ser mis Honorarios?
Es realmente complejo el escenario planteado dado que nuestra profesión es interpretada de diferentes formas, según quien le corresponda contratarnos para cualquier tipo de servicio o según la concepción del profesional que la ejerza. Es así como nos encontramos ante un panorama que siempre tendrá tela que cortar y que va a depender en gran medida de lo que siempre han dependido los servicios profesionales: CALIDAD DE SERVICIO y PRESTIGIO.
Todo empieza con un cándido recién graduado:
Recuerdo mucho a mi abuelita cuando decía: “Hijo, usted necesita un título porque eso le garantiza un buen trabajo”, culturalmente se nos ha vendido que un título universitario es la llave a un mundo insospechado donde tenemos prosperidad, amplias oportunidades, viajes de placer al extranjero y otros beneficios inimaginables, es entonces cuando el joven graduado empieza con chocantes frases tipo: “Ahora mi firma vale dinero”, “Buenos días Colega, después de usted Colega”, “Mucho gusto, soy el Licenciado Pedro Perez” y toda una cantidad de líneas celebres que forman parte de la emoción de haber cumplido una meta que ni es fácil ni tardó poco en conseguirse y que por tanto podrían estar justificadas.
Es entonces cuando el joven Pedro Perez se da cuenta que el ejercicio profesional no es soplar y hacer botellas, que nadie sabe quién es él, que sus publicaciones poco elegantes ofreciendo servicios no llegan a mucha gente y que necesita urgente como ganarse la vida, bien sea como parte del capital humano de una empresa devengando un salario (Nada reprochable) o ser terco y como dicen algunos “Patear la calle”, frase que no me agrada en lo absoluto.
Pedro Perez decide ser terco:
Al cabo de un año se encuentra haciendo de todo un poco, redacta documentos mercantiles, tramita todo tipo de solvencias, funge como comisario en las sociedades mercantiles a las que el mismo les redacta estatutos, arma carpetas para todo tipo de trámites, forma expedientes para solicitudes de crédito, está todo el tiempo en movimiento con tres o cuatro carpetas de color marrón bajo el brazo y se acostumbró a dar respuesta afirmativa a cualquier tipo de solicitud de servicio. El problema radica en que sin darse cuenta se está dedicando por completo a un oficio que nada tiene que ver con su formación técnica, pero como dice la canción: “Esto es lo que hay”.
Justamente este Profesional carece de propósito, no tiene otra alternativa que vivir del estrés diario y de clientes que no tienen ninguno respeto por su Profesión, es lógico que ante cualquier nuevo reto no tenga ni idea de cuánto deben ser sus honorarios, desconoce por completo cuánto cuesta su trabajo y es precisamente porque no tiene control de su tiempo ni de sus labores, es por ello que cuando presenta sus ofertas de servicio siempre responde positiva y nerviosamente ante cualquier regateo por más que la situación sea injusta y con suerte el cheque solo tardará quince días porque “le falta una firma”, definitivamente lo comentado es muy frustrante y es cuando Pedro Perez se da cuenta que para lograr la prosperidad prometida su día tendría que gozar de sesenta horas, así el podría dedicarse a cumplir cualquier cantidad de trámites que hagan más rentable sus resultados.
¿Por qué no sabemos cuánto cobrar?
En mi opinión las dudas se plantean porque el profesional nunca ha cuantificado realmente el valor de su trabajo y mucho menos cuanto quiere recibir por una cantidad de horas a la semana o al mes que tampoco ha cuantificado. La clave por consiguiente está en empezar a cuantificar absolutamente todo y si eres Contador no debería generarte mucho esfuerzo:
- Pedro, ¿qué cantidad de dinero te gustaría recibir mensualmente para sentirte realizado como profesional?
- Pienso que con Bs. 80.000 sería extraordinario para mí.
- ¿Cuántas horas trabajas al mes Pedro?
- Cuarenta horas semanales, ciento sesenta al mes.
- Eso quiere decir que tu hora de trabajo cuesta Bs.500, Pedro ¿Cuánto tiempo tardas en un trámite sencillo como la carta de aceptación del cargo de comisario?
- Como no tengo mensajero debo ir yo mismo a la sede de visado, hacer la cola y llevar la carta hasta la sede de mi cliente, entre una cosa y otra me puedo tardar cuatro horas.
- Entonces los honorarios serán de Bs. 2.000 más IVA.
Dejemos el dialogo hipotético hasta allí y vamos a dejar por sentado que todo aquel servicio en el que Pedro Perez no reciba lo que previamente cuantificó como su “hora de trabajo ideal” simplemente no lo llevará a esa condición “Extraordinaria” que le hace volar la imaginación.
¿A cuenta de que nuestro servicio cuesta lo que cuesta? – Calidad de Servicio/Prestigio:
En una cantidad grosera de ocasiones escucho a profesionales quejarse de que nadie quiere
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