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Cuento. El Chico de sus sueño


Enviado por   •  29 de Agosto de 2016  •  Apuntes  •  1.897 Palabras (8 Páginas)  •  161 Visitas

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Desaparación.

El día que el desapareció.

Dicen que el destino está compuesto de momentos, que el tiempo y el espacio al final se mezclan en una alianza eterna para dar a cada ser, un evento especial. Ayra, jamás imagino encontrar el hombre que una noche de lluvia le presto su chaqueta para que ella no dañara su alisado recién hecho. Hoy se cumplía un mes desde que Thomas, al amparo de unas rosas le pidió que fuera su novia. Era solo un mes pero ya habían vivido muchas cosas que les permitieron entender que estaban destinados a estar juntos. Era un día especial y quería que fuera único e irrepetible, eran las 8:30 am y le parecía extraño que Thomas aun no le hubiese llamado o le enviase alguno de esos escritos que solo él podía escribir para ella. Decidió tomar su celular antes de salir a su clase de gimnasia y marcarle; extraño, le enviaba de inmediato a correo de voz, reviso su servicio de mensajería instantánea y no encontró ningún mensaje de él. Decidió no preocuparse y salir a su clase, él sabía más o menos a qué horas salía ella de la clase y confiaba en que fuera uno de esos días en los que decidía dormir hasta tarde y, al salir pudiera hablar con él.

La clase fue animada y se sentía contenta, era un día especial. Tomo de su bolso el celular y aún no tenía ningún mensaje ni llamada de Thomas, ¿a qué estaba jugando? Se preguntó. Decidió enviarle un mensaje pero algo estaba mal, tecleo el número y espero un momento en la línea, pero de manera inmediata una voz le indico que ese número estaba fuera de servicio, ahora si comenzaba a preocuparse. La noche anterior se habían escrito hasta la media noche y se habían despedido bien ¿Qué podría haber pasado? Ayra tomo su bolso rápidamente y se dirigió a su casa, nunca la había llamado al fijo, pero si había perdido su celular por algún motivo tal vez la llamara al fijo, o mejor aún todo era una sorpresa y la estaría esperando en su apartamento.

Al llegar a casa, solo estaba su mamá viendo televisión y le lanzo una mirada de asombro. ¿Por qué traes esa cara hija? Ayra respondió de forma automática:

  • ¿Thomas no me ha llamado?
  • ¿Quién hija? Respondió la madre sin un atisbo de vacilación en su voz.

Ayra no presto mucha atención a la reacción de su madre y decidió marcar nuevamente desde su casa al celular, solo para recibir la misma respuesta de la operadora. Thomas parecía haber desaparecido de la noche a la mañana, si era una broma le parecía de muy mal gusto y además él jamás haría algo así ¿o sí? Ayra ya no sabía que pensar, así que decidió ducharse rápidamente para ir a la casa de Thomas, necesitaba saber que estaba pasando con él.

Solo había llevado a Thomas una vez a su casa y esperaba recordar bien la ruta, luego de equivocarse un par de veces finalmente llego a la cuadra en donde recordaba que estaba su casa, pero en el sitio donde estaba segura lo había dejado aquel día, solo había una casa en ruinas. El desespero se apodero de ella, todo parecía transformarse en una pesadilla sin explicación. Estaciono el vehículo en la acera del frente y se acercó a la casa en ruinas, una persona que iba pasando por allí, vio el rostro de angustia de Ayra y decidió preguntarle:

  • ¿Señorita, está bien? Ella giro en un acto reflejo y solo pudo preguntar,
  • ¿Hace cuánto está en ruinas esta casa?
  • Cerca de 20 años señorita, quedo así luego de un incendio, si viera, toda una familia pereció en el siniestro. Respondió la persona y siguió su camino.

Ayra estaba desconcertada, recordaba muy bien que allí era donde había dejado a Thomas, sin embargo ahora solo veía ruinas de una casa. Subió a su auto y marco nuevamente al celular, la voz de la maquina seguía respondiendo: Numero no está en uso. Decidió ir a la oficina de Thomas y preguntar por él, de alguna forma tenía que descifrar que estaba pasando aquí. Al llegar, recordó que la recepcionista se llamaba Esther, le sonrió y le dijo:

  • ¿Thomas está aquí? Esther levanto la mirada y pregunto:
  • ¿Quién? Ayra comprendió que ella no le recordaba de las veces que había ido a visitar a Thomas, eso le pareció aún más extraño.
  • Thomas, el subgerente, dijo por fin.
  • Señorita el subgerente se llama Juan, debe estar confundida, tal vez sea otro punto de la compañía el que busca, dijo Esther en tono cortes.

Ayra, entre más lo pensaba menos entendía lo que le estaba ocurriendo, sabía que Thomas existía, había compartido con él ya un mes de relación y ahora parecía esfumarse de la noche a la mañana. Decidió indagar a Esther:

  • ¿Esther usted no me recuerda?- Esther pareció consternarse y finalmente dijo:
  • No señorita, la verdad su rostro no me es familiar y la persona por la que me está preguntando no trabaja aquí. Ayra cerró sus ojos y un par de lágrimas recorrieron su rostro,
  • ¿Señorita está bien? Pregunto Esther.
  • No la verdad no, creí conocer a alguien y vine un par de veces con él aquí, pero ahora usted me dice que no trabaja aquí y que no me recuerda, si esto es una broma por favor: ¡ya no más! Esther la miro confundida y al ver tanta aflicción en el rostro de Ayra le dijo:
  • Está bien, de pronto exista alguna confusión y no recuerde su rostro, deme el nombre completo del tal Thomas y lo buscamos en el sistema, tal vez lo hayan cambiado de punto.

Ayra se limpió las lágrimas y le dijo el nombre completo, Esther tecleo en su ordenador y reviso varias veces, pero no encontró nada.

  • Señorita, la verdad en el sistema no existe nadie con ese nombre ¿Esta segura que trabaja aquí? ¿Tal vez tenga su número de cedula o una foto para ver si lo recuerdo?

Ayra saco rápidamente su celular y reviso la conversación que tuvo alguna vez con él y le envió el número de cedula para que ella le hiciera una averiguación, busco y por fin la encontró, le paso el celular a Esther y ella tecleo el número de identificación que estaba en la pantalla, pero de nuevo no encontró nada en el sistema. Sea quien fuera Thomas, jamás había trabajado en la empresa. Ayra recordó que alguna vez le había enviado una foto durmiendo y empezó a buscarla, cuando la encontró le paso de nuevo el celular a Esther para que viera si lo reconocía, apenas tomo el celular hizo un gesto de duda.

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