Cuento las aventuras de Jackson.

                Las aventuras de Jack        

Erase una vez un niño de nombre Jack, era un niño con muchos sueños, él vivía en una choza cerca de una laguna que tenían cerca de ahí, vivía con su madre y sus dos hermanos, él era el menor, el primero en nacer fue su hermano George, el segundo fue Julio y por ultimo nació el.

El tenía un aspecto lindo, era chelito, con ojos azules y cabello de color café claro. El no conoció a su padre, por lo cual quería conocerlo.

- Mamá, quisiera conocer a mi padre- le dijo Jack a su madre; pero su madre le contesta, diciéndole que no sabía dónde estaba. Sus dos hermanos estaban oyendo y esperaron a que su madre se fuera de la habitación, entran y le dicen:

¡Ja! El desea conocer a nuestro padre jajá – replicó George mientras se reía

-  no creas, mi padre nos abandonó y solo él sabe por qué, le dijo Julio a Jack. Pero él quería conocerlo y les dijo:

- yo voy a encontrarlo pase lo que pase, le diré a mamá para empezar mi viaje, le dijo Jack a sus hermanos.

Al fin cuando llego su mamá se alegró Jack y le dijo:

-mamá, mamá, adivina, voy a ir en busca de mi padre – le dijo Jack a su madre

Bien pero ten cuidado por donde pisas, tal vez sea un viaje largo  te daré pisto y mucha comida para el camino – le dijo su madre.

Después de unos días, Jack prendió viaje a todo el mundo,  un día cuando estaba caminando se encontró con un ogro que cuidaba la entrada hacia otro camino el ogro tenía un aspecto horrible pero él se armó de valor y siguió caminando hasta que llego en frente de él, el ogro le ve y le dice:

-oye tú ¿Por qué tú no huiste de aquí?, varios que han pasado aquí se asustan al verme y ya no regresan más y ¿por qué tú no sos como esos muchachos? – le dice el ogro a Jack.

Es que tú no me das miedo – le dice Jack al ogro

Bueno en ese caso no te voy a asustar para que te vayas – le dice el ogro.

¿Y tú me puedes dejar pasar? – le dice Jack.

Sí, pero tienes que encontrar algo para mí – le dice el ogro.

¿Cómo qué cosa? – le dice el Jack.

Un ave grande con plumas de colores, un pico largo y de color piel y unas patas no tan grandes.

Mmm, pero ¿Dónde podría encontrar una ave como esa? – replico Jack.

A ella le gusta esconderse en el camino de caramelo donde vive una bruja mala que la tiene encerrada y la única manera de matar a la bruja es destruyendo a su gran tesoro – le dijo el ogro

¿Cuál es?- pregunto Jack.

Destruyendo su bola de cristal, tienes que hallar donde la tiene escondida y para eso la tendrás que dormir diciéndole una canción de cuna – le dijo el ogro seriamente.

Bien y gracias por eso - le dice Jack.

Y partió marcha hacia el camino de caramelo donde vio a la bruja y al ave más hermosa que había visto, pero una cosa que no le había dicho el ogro que la bruja era ciega y no podía ver casi Jack actúa y le habla:

Hola, me llamo Jack su sirviente – le dice Jack con claridad.

Yo no ordene a un sirviente llamado Jack sino que George y Julio – le dice la bruja enojada.

Jack se quedó callado porque esos hombres eran sus hermanos, que se quedó nervioso.

Pero uno mas no aria nada malo – le dice Jack.

Tienes razón para mientras vienen ponte a masajear mis pies – le dice la bruja mala.

Cuando le comienza a sobar los pies, le comienza a cantar la cancion de cuna y cuando se comenzó a dormir llegan sus hermanos y la despiertan.

Aquí venimos de muy lejos a ser sus sirvientes – le dice George entusiasmado.

En eso ve a su hermano menor Jack que se le alegro el corazón lo llama a escondidas y le dice:

Hermano pensé que estabas más lejos de casa – le dice George.

No hermano , pero tengo un problema, tengo que dormir a la bruja para destruir su bola de cristal y así que se muera y llevarle a esa ave que esta allá en esa jaula a un ogro que cuida la puerta hacia el otro camino que nadie ha podido pasar – le dice Jack.

Bueno yo y Julio vamos a dormir a la bruja mientras tu buscas la bola de cristal – le dice George.

Y comienza a masajearle los pies mientras le cantaban la canción de cuna y Jack comienza a buscar la bola de cristal por toda la casa y halló un mapa que le decía en dónde está la bola, y comenzó a guiarse por el mapa, hasta que se dio cuenta que lo llevaba afuera de la casa de la bruja, y comenzó a escarbar y a escarbar muy profundo que encontró un cofre que tenía adentro la bola de cristal y otros como oro, plata, diamantes y un tesoro que era un chocolate que no se acaba.  Rompió la bola y llamo a sus hermanos para que le ayudara a subir el cofre y les dice:

-miren lo que encontré son tesoros, quiero que vallan donde mamá y se lo lleven – le dice Jack a sus hermanos.

Pero yo quiero ir contigo – le dice Julio a Jack.

Bien, ven conmigo y ¿seguro que podrás llevar eso a donde mamá?-le dice Jack a George.

Si, hermano anda ve a liberar esa ave para el ogro – le dice George.

Y Julio le ayudo a sacar el ave y le hicieron una correa para que no se les fuera y se la entregaron al ogro.

Guao, nunca pensé que lo hubieras hecho amigo – le dice el ogro a Jack.

Ahora déjanos pasar – le dice Jack con amabilidad.

Con gusto – le dice el ogro.

Y le abrió la puerta junto con su hermano entraron, el camino era de piedras hermosas y un césped muy llamativo que no habían visto jamás, caminaron días y también descansaron en la noche, hasta que un día llegaron a otra puerta pero esta puerta era de cobre, muy pero muy reluciente, en la puerta había un trol de tamaño regular era gordo, feo y de un color pálido, y también peludo que cuando llegaron enfrente de él les dijo:

¿Qué hacen ustedes aquí? – le dice el trol muy curioso.

Venimos de muy lejos a encontrar a nuestro padre – le dijo Jack.

Bueno, pero si quieren cruzar mi puerta tendrán que hacer algo por mí -  le dice el trol.

¿Cómo que cosa? – le dice Julio.

Quiero que pulan mi pasto pero no solo eso cada puntita y quiero que me hagan una estatua de mí con las piedras que encuentren – le dijo el trol.

Julio y Jack no se podían creer lo que les estaba diciendo el trol, pero lo hicieron, Julio corto el césped y Jack hizo la escultura del trol, a Julio, le costó cortar uno por uno el césped.

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