¿Cuál es la relación entre el feminismo y la soberanía alimentaria?

Jorge González Rivera

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Feminismo y Soberanía Alimentaria

¿Cuál es la relación entre el feminismo y la soberanía alimentaria? De una parte Por un lado, la soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a alimentos nutritivos y culturalmente adecuados, accesibles, producidos de forma sostenible y ecológica, y su derecho a decidir su propio sistema alimentario y productivo.  Por otro lado, el feminismo es un movimiento social y político que supone la toma de conciencia de las mujeres como grupo o colectivo humano, de la opresión, dominación, y explotación de que han sido y son objeto por parte del colectivo de varones en el seno del patriarcado. Así pues, feminismo y soberanía alimentaria mantienen una estrecha relación en tanto el objetivo de ambos movimientos es buscar un adecuado equilibrio en la forma y manera que se les trata.

Según Esther Vivas, avanzar en la construcción de alternativas al actual modelo agrícola y alimentario implica incorporar una perspectiva de género. Esta perspectiva promueve el análisis del  impacto del género en las oportunidades de las personas, sus roles sociales y las interacciones que llevan a cabo con otros. Vivas también argumenta que el modelo actual de agricultura industrial e intensiva no sólo daña terriblemente al medioambiente, sino que acaba con la diversidad de cultivos y tiene un impacto muy negativo en las mujeres que son las que mayoritariamente labran la tierra.

Por ejemplo, Vivas señala, que las mujeres campesinas se han responsabilizado, durante siglos, de las tareas domésticas, del cuidado de las personas, de la alimentación de sus familias, del cultivo para el auto-consumo y de los intercambios y la comercialización de algunos excedentes de sus huertas. Cargando con el trabajo reproductivo, productivo y comunitario, y ocupando una esfera privada e invisible. En cambio, las principales transacciones económicas agrícolas han estado, tradicionalmente, llevadas a cabo por los hombres, en las ferias, con la compra y venta de animales, la comercialización de grandes cantidades de cereales,  ocupando la esfera pública campesina.

A mi juicio, es evidente que el feminismo y la soberanía alimentaria tienen una estrecha relación.  Ambos suponen nuevas relaciones sociales libres de opresión y desigualdades entre los hombres y mujeres, pueblos, grupos raciales, clases sociales y generaciones.  El éxito de la soberanía alimentaria sobre el modelo agroindustrial dominante solo será posible en la medida que rompamos con las posiciones patriarcales y capitalistas que tanto daño le hacen a las mujeres y niñas.  Al decir de En palabras de Vivas, la única solución para avanzar en la construcción de alternativas al actual modelo agrícola y alimentario implica incorporar una perspectiva de género.

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