DAR Y RECIBIR

¿Existe algo más hermoso que dar sin esperar algo a cambio? Las personas que tienen éxito en su vida es porque practican ambas acciones de manera constante y sin excepción.

Dar se refiere a poner a disposición de una persona o una cosa, algo material o inmaterial, especialmente si lo necesita o le conviene; mientras que el significado que tiene la palabra recibir es tomar aquello que se da.

Recibir no es lo mismo que dar, porque dar y recibir son aspectos diferentes del flujo de la energía en el universo, aunque al fin y al cabo son muy complementarios.

Cuando damos algo a alguien, en ese momento estamos dándonos a nosotros mismos un gran placer, la satisfacción de haber compartido algo. Ahí es donde termina el ciclo, es decir, ya hemos recibido.

Toda relación es una relación de dar y recibir. El dar engendra el recibir y el recibir engendra el dar. El aspecto fundamental en el dar y recibir es la intención, la intención debe de ser crear felicidad para quien da y para quien recibe, porque la felicidad sustenta y sostiene la vida, y por tanto, genera abundancia.

La retribución es directamente proporcional a lo que se da, cuando el acto es incondicional y sale del corazón. Por eso el acto de dar debe ser alegre; la actitud mental debe ser tal, que se sienta la alegría de dar.

Se dice que todo lo que tiene valor en la vida se multiplica únicamente cuando es dado. Lo que no se multiplique a través del dar, ni vale la pena darlo, ni vale la pena recibirlo.

En realidad practicar la ley del dar es muy sencillo, fortifica nuestra mente y espíritu, nos hace mejores personas pues ayudamos a nuestro prójimo en caso tenga alguna necesidad. También debemos ser agradecidos y saber recibir, por pequeño o grande que sea el detalle.

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