DEMOCRACIA Y GOBERNABILIDAD
Enviado por jesflolu • 21 de Octubre de 2014 • 3.777 Palabras (16 Páginas) • 218 Visitas
AÑO DE LA PROMOCIÓN DE LA INDUSTRIA RESPONSABLE Y DEL COMPROMISO CLIMÁTICO
ESCUELA ACADÉMICO-PROFESIONAL
NEGOCIOS INTERNACIONALES
TRABAJO DE INVESTIGACIÓN:
DEMOCRACIA Y GOBERNABILIDAD
INTEGRANTES:
SÁNCHEZ VILLAVICENCIO, Chabeli
FLORES LUQUE, Sllesmin
FIESTAS PANTA, Lisbeth
PROFESOR:
GOMEZ SÁNCHEZ, Javier
LIMA, JULIO DE 2014
INTRODUCCIÓN
El complejo conjunto de ideas y práctica abarcada por las palabras gobernabilidad y buen gobierno tiene antiguas raíces. Cómo organizarse socialmente, cómo articular y regular las relaciones entre las personas, cómo organizar la provisión de servicios colectivos, cómo definir los ámbitos apropiados para lo público y lo privado y cómo establecer controles y contrapesos para el ejercicio del poder han sido preocupaciones de pensadores y líderes políticos a través de la historia de la humanidad. En el Perú contemporáneo, caracterizado por la gran complejidad de sus procesos sociales y por carencias de toda índole, estos temas han adquirido gran importancia debido a que el buen gobierno, en su sentido más amplio, es condición necesaria para lograr el desarrollo económico, el bienestar social y la estabilidad política.
La gobernabilidad surgió como tema de preocupación central en las democracias occidentales hacia mediados del decenio de los setenta, cuando se puso en evidencia la limitada capacidad de respuesta de las instituciones políticas en Europa, Norteamérica y Japón para enfrentar las crecientes exigencias sociales y la diversidad de intereses que era necesario conciliar para lograr el buen gobierno. De manera más dramática, el colapso del totalitarismo en Europa Oriental y la antigua Unión Soviética hacia fines del decenio de los ochenta puso sobre el tapete los temas de legitimidad, eficacia y eficiencia de los regímenes políticos dentro de un orden internacional que experimenta profundas transformaciones. Así mismo, durante los últimos dos decenios la gobernabilidad surgió como tema de preocupación en los países de desarrollo por una diversidad de razones: en América Latina debido a la transición del autoritarismo hacia la democracia y a la introducción de profundas reformas en la política económica; en África y parte de Asia debido a la incapacidad de mejorar los niveles de vida de la población después de varios decenios de vida política independiente; en el Medio Oriente debido al auge del fundamentalismo islámico y a los conflictos entre los gobiernos autocráticos y las demandas de participación popular; y en los países de rápido crecimiento en el Sudeste Asiático debido a que los avances y la crisis económica han generado fuertes presiones para reformar los sistemas políticos y para hacerlos más abiertos y participativos.
Hacia principios del decenio de los noventa, un conjunto de preocupaciones en los países industrializados llevó a lo que se percibe como una crisis de gobernabilidad generalizada. A medida que se acerca el nuevo siglo, los mismos problemas que afectan a los países industrializados-corrupción, crisis constitucionales y jurídicas, estancamiento económico, conflictos étnicos y expansión de actividades criminales- se han generalizado en el mundo en desarrollo. A ello hay que añadir las guerras civiles, terrorismo, hambrunas y luchas religiosas en la lista de problemas de gobernabilidad.
GOBERNABILIDAD Y BUEN GOBIERNO
De acuerdo a lo planteado, el buen gobierno,-en su sentido más amplio- la gobernabilidad, es la condición necesaria para lograr el desarrollo económico, el bienestar social y la estabilidad política de determinado país.
Los conceptos de gobernabilidad y de buen gobierno se refieren al ejercicio eficiente, eficaz y legítimo del poder y la autoridad para el logro de objetivos sociales y económicos. Las ideas de gobernabilidad y buen gobierno están asociadas a la noción de eficiencia, en el sentido de alcanzar los objetivos de gobierno en forma transparente y sin dispendio de recursos; a la eficacia, en el sentido de lograr estos objetivos manteniendo la estabilidad y la credibilidad de las instituciones y el sistema político; y a la de legitimidad, en el sentido de que la ciudadanía reconoce el derecho de los gobernantes a ejercer el poder y la autoridad, y se identifica con las instituciones del Estado, siempre que ellas estén sujetas a ciertos límites establecidos de antemano y respeten las reglas del juego.
¿CUÁL ES LA RELACIÓN ENTRE DEMOCRACIA Y GOBERNABILIDAD?
La preocupación por el tema de la gobernabilidad no ha estado necesariamente asociada a la afirmación de las prácticas democráticas. Durante los decenios de los sesenta y los setenta, las primeras aproximaciones al tema de gobernabilidad pusieron énfasis en el <<grado de gobierno>>, refiriéndose a la posibilidad y a la capacidad de ejercer el poder político con eficiencia, más que en la <<forma de gobierno>>, entendida como la vigencia de un régimen político democrático o dictatorial. En algunos casos se ha llegado a contraponer las nociones de democracia y gobernabilidad, arguyendo que las prácticas, normas y formas democráticas dificultan la introducción de reformas económicas, sociales y políticas que pudieran afectar los intereses de los grupos de poder.
Sin embargo, la experiencia histórica ha demostrado que no existe esta supuesta contradicción entre eficiencia en el ejercicio del poder y democracia. Por el contrario, la participación popular, el diálogo y la formación de consensos se han vuelto indispensables para el ejercicio eficiente y eficaz del poder político. Las contribuciones recientes a los temas de la gobernabilidad y el buen gobierno destacan la importancia de las instituciones democráticas. La democracia moderna es concebida no sólo como un fin en sí mismo, sino también como un medio para alcanzar los objetivos económicos y sociales.
CONCEPTO DE GOBERNABILIDAD DEMOCRÁTICA
La difusión del concepto de gobernabilidad democrática ha sido acompañada por una ampliación de su ámbito de aplicación. A partir de una concepción restringida a la eficacia gubernamental en el manejo de asuntos económicos, se pasó a una concepción más amplia que incorporó el tema de la capacidad del Estado, constituido como Estado de derecho, para integrar y conducir a la sociedad en su conjunto. Posteriormente, a principios de los noventa, se extendió aún más el ámbito del concepto de gobernabilidad y se puso mayor énfasis en su carácter democrático, para la cual se tomó en cuenta los procesos de participación
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