DESARROLLO, INSTITUCIONES Y GERENCIA SOCIAL

DESARROLLO, INSTITUCIONES Y GERENCIA SOCIAL.

Dentro de la lectura “Hacia una gerencia social eficiente” de Bernardo Kliksberg, encontramos planteamientos de gran interés para el alcance del desarrollo mediante una buena gestión de los programas que conforman las políticas sociales de cada nación.

En grandes rasgos, lo plasmado por el autor se sustenta en la diferencia entre la inversión y el gasto. De acuerdo al autor, los recursos económicos (dinero) destinados a los diversos ámbitos sociales, esencialmente en la educación; ya no deben percibirse como un gasto sino como una inversión dado que es generadora de desarrollo. Ello se explica en el entendido de que la inversión en  educación propiciará el capital humano (la población) y el capital social (las instituciones), que generarán el desarrollo social y a su vez impulsará los progresos económicos, es decir; el desarrollo económico.  

Sin embargo, para que estos recursos sean realmente inversión y no gasto es necesario una gerencia social eficiente. Pero no se debe hablar de lo que implica la inversión social llevada a cabo bajo una gerencia social eficiente, sin considerar algo a lo que el autor no hace gran referencia y que es el  “punto de partida”: el diseño de la política social.

La gerencia social se da dentro de los programas y planes emanados de las diversas políticas que un Estado establece, es decir; lo gerenciado son las actividades que se plasman en torno a una política. Entonces cabe preguntarse ¿cómo conseguir una gerencia eficiente, si lo gerenciado no es eficiente desde su construcción?

Sucede muchas veces, sobretodo en el caso venezolano, que las diversas políticas dan respuesta a intereses ajenos del bienestar de la población, del real desarrollo nacional, situándose a favor del interés político partidista. En este sentido, se crean programas, planes y/o proyectos con características paliativas, que sólo buscan “dar a cambio de”. Así, son políticas que se elaboran sobre un plano superficial de la realidad, teniendo como resultado una momentánea solución a las necesidades de la sociedad y no una sustentable en el tiempo que acarree la verdadera resolución de la problemática y permita el mejoramiento social.

Tal es el caso, por nombrar alguno; de la Misión Vivienda Venezuela, en la que más allá de la asignación de viviendas no realizaron estudios de ningún tipo a la población seleccionada que detectaran lo que ahora se observa en estas urbanizaciones (daño a la propiedad, familias aglomeradas en una vivienda, venta de droga, contrabando, robo, etc.) y cómo actuar sobre ello, así mismo un plan de seguimiento que rindiera cuanta de la efectiva de la política más allá del número de viviendas otorgadas.

Otro ejemplo podría ser la entregada de maquinarias electrónicas (computadoras, laptops, tabletas) a la población estudiantil ¿acaso ello soluciona la deficiencia del sistema educativo nacional? ¿Dónde están los programas diseñados en torno al verdadero mejoramiento de todo este sistema?

En consecuencia, se hace necesario no sólo una gerencia social eficiente, sino de diseño de políticas del que emerjan programas, planes y/o proyectos que generen las modificaciones requeridas para el desarrollo social, es pues imprescindible acompañar a esa gerencia eficiente con proyectos igualmente eficientes.

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