DOS PROYECTOS ACTUALES DE INTEGRACIÒN LATINOAMERICANA
Enviado por ifinancialmexico • 19 de Abril de 2014 • 1.593 Palabras (7 Páginas) • 459 Visitas
DOS PROYECTOS ACTUALES DE INTEGRACIÒN LATINOAMERICANA
Maestro Jorge Retana Yarto.
Actualmente están en proceso dos proyectos de impulso a la integración latinoamericana y del Caribe, el que lidera EUA a través de algunos instrumentos integracionistas como NAFTA, el Acuerdo con los países del “Triángulo del Norte” en Centroamérica, TLCs bilaterales firmados con distintos países (Chile, Colombia etc.), la “Alianza Comercial del Pacífico” (ACP) y el propio “Acuerdo Comercial Transpacífico” (TPP) al que ha manifestado su voluntad para integrarse. Y el que se expresa en el Mercosur, el ALBA, la UNASUR y el CELAC. Pasamos a comentar el tema en términos de concepción del proceso desde la izquierda, de un balance sustancial del mismo, así como su proyección al futuro inmediato, es decir, mediante tres ejes temáticos:
Primero: los procesos de integración económica y política, incluso, militar, no son propios del capitalismo aunque tienen su época de auge durante la segunda posguerra, en plena hegemonía de EUA, pero también, es la época del “campo socialista”, así que, en sí mismos, no podemos identificarlos con un sistema económico específico, sino entenderlos como parte del instrumental de cooperación para el desarrollo y de desarrollo asociado entre distintos países que comparten un espacio territorial continental común y cuya vecindad o afinidad en la economía, la política y la seguridad, es amplia y conveniente para todos. El modelo de economía abierta y expansión del sector externo impulsó considerablemente el integracionismo económico, y la ruptura de la contienda político-ideológica y militar propia del Orden Bipolar precedente, más el ejemplo europeo, estimularon las instituciones políticas supranacionales de dirección y autoridad por encima de los Estados Nación, es decir, el integracionismo político. Algunos analistas y teóricos ya hablan del Estado-Región como fenómeno emergente (como el consultor internacional Kenichi Omae), y por discutible que sea, la tendencia está presente.
Otra cuestión distinta es enmarcar teóricamente los procesos de integración económica bajo los lineamientos conceptuales del Teorema Heckser-Ohlin (http://www.eumed.net/tesis-doctorales/), es decir, bajo planteamientos pertenecientes al cuerpo doctrinal general del neoliberalismo (que es muy amplio), como parte de la teoría neoclásica del comercio internacional y que postula la igualación de los niveles de desarrollo a largo plazo mediante la integración económica, lo que resulta falso, por tanto, parte de supuestos totalmente inaplicables para las economías de los países latinoamericanos, y que en consecuencia, falsean las bases de partida de los procesos de integración subregional. Entonces, si bien éstos últimos no son parte de sistema económico y político alguno, si participan de la lucha ideológica y política en torno a los modelos de integración, lo cual se manifiesta en los enfoques actuales sobre los procesos de integración latinoamericana. Esta lucha no se da en el vacío, está fundamentada teórica e ideológicamente y se expresa con precisión en la realidad. Lo restante debe permitirnos comprenderlo cabalmente el enfoque geopolítico.
Segundo: El inicio del siglo XXI constituye el marco histórico de una nueva etapa en los esfuerzos por avanzar hacia una integración política, económica, social y cultural de América Latina. Es cierto que no se trata de un proceso armónico, claramente progresivo y lineal que responda a una estrategia perfectamente definida y acordada entre los diversos actores que participan de dicho proceso, y ello es así, porque es claro y manifiesto que no existe una sola concepción política-ideológica y cultural al respecto, y que la misma es materia de disputas al interior y exterior de la subregión, lo cual trabaja en contra de la posibilidad de que en una década o década y media más, América Latina esté convertida en un actor central con voz propia y política autónoma en la gestión de la agenda global y en el contexto de la nueva sociedad internacional, de un Nuevo Orden. El tema entonces, es de trascendencia.
Actualmente hay cuatro grandes orientaciones estratégicas en los procesos de integración subregional en América Latina: hacia una mayor integración con EUA, hacia una profundización de los lazos económicos y político-culturales con los propios países de América Latina como prioridad, con rumbo a la integración con la Unión Europea, como variable de diversificación al interior de la alianza atlántica, y desarrollando grandes esfuerzos por articularse a la dinámica expansiva de las potencias globales emergentes de Asia (China Rusia e India) y a la región asiática en su conjunto. Las tres primeras han estado presentes desde hace más de medio siglo, la cuarta es hoy la tendencia emergente, una fórmula de recambio porque está asociada a la presencia mundial de nuevos centros de poder regional-global, por ello, más prometedora que la integración hacia EUA y Europa. Compartir por parte de América Latina la región continental con EUA y ser éste aún la potencia mayor dentro del concierto global, le otorga una doble ventaja frente a sus competidores, pero estos, en la última década, han logrado una presencia fundamental que modificó la geopolítica regional.
Los procesos
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