Deporte Escolar

DEPORTE ESCOLAR FORMATIVO O LAS ANSIAS DE GANAR UN PARTIDO

Lic. ALFREDO LÓPEZ TIRADO.

DOCENTE UNIVERSIDAD DE CÓRODOBA.

Se habla de la importancia que tiene la formación de los niños y las niñas en la práctica del deporte escolar, y a todos los adultos nos da la impresión de algo positivo, favorable, bueno. Pero resulta sorprendente, como en muchos casos se corrompe esta sensación a partir de la importancia que se le brinda a la confrontación deportiva, en donde lo primordial y más importante es enfrentarse contra el otro para medir fuerzas, capacidades, es decir, para probar quien es mejor que?, y es desde esta perspectiva de competencia, de meritos, en que se desarrolla el deporte de alto rendimiento, el deporte espectáculo.

Estas actitudes en que se encuentran inmersos padres de familia, docentes, entrenadores, los cuales ven el deporte como potencial vía de progreso económico, de fama. Efectivamente muchos padres convierten la afición de sus hijos al deporte en una inversión y quieren rentabilizarla, para ello, inscriben en clubes o centros deportivos, constituidos a este efecto, esperando que en un futuro no muy lejano obtengan contraprestaciones de tipo económico y social, convirtiendo así la práctica deportiva en una vía de escala profesional. Otros, sitúan su proyección personal en sus hijos y pretenden redimir en ellos / as sus fracasos, ya que no se trata de ganar o perder un partido sino de alcanzar la actuación que no fueron capaces de lograr en sus años de juventud.

Muchos técnicos actúan en esta edad escolar sin medir sus exigencias con el debido respeto a las posibilidades de los niños, el deseo de triunfar y de ser reconocidos en el mundo de los entrenadores de sus prácticas deportivas los conduce a abusos no siempre justificados.

Ante estas circunstancias el deporte escolar se ha convertido en una actividad imitadora del deporte profesional (en la mayoría de los casos), esto que para muchos no deja de ser algo insignificante, debido a que desconocen las consecuencias negativas que pueden llegar a extremos bastante tristes, me refiero, a la presión excesiva que se ejerce a los niños en virtud de unos mejores resultados. Los padres de familia en las tribunas incitan a sus hijos a la victoria por encima de todo, lo importante es que su hijo triunfe. Los entrenadores presionan a los jugadores como si de deportistas profesionales se tratara, llegando a extremos de agredirlos de palabra sin respetar su individual. El arbitro con más voluntad que experiencia es amenazado por unos y otros. Los jugadores en ese clima, se ven incitados a actitudes agresivas hacia los oponentes que, en esas circunstancias llegan a considerar como legitimas dado que la victoria esta de por medio. A esta situación cabe preguntarse ¿es el deporte un medio de canalizar y descargar la agresividad, o bien, es un ámbito privilegiado para el aprendizaje de la violencia?.

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