Didactica
Enviado por axel10000hp • 6 de Febrero de 2014 • 1.360 Palabras (6 Páginas) • 237 Visitas
DISCURSO DE GÉNERO Y PRÁCTICA DOCENTE
Rocío Jiménez Cortés
Universidad de Málaga
LA INVESTIGACIÓN SOBRE GÉNERO Y DISCURSO
El género y el discurso surgieron como campos de investigación reconocidos en la década de 1970 (West, Lazar y Kramarae, 2000). Autoras como West, Lazar y Kramarae (2000), sitúan la nueva ola del “Movimiento de las Mujeres (Women´s Movement)” como el origen del interés por las relaciones entre el género y el lenguaje entre investigadores e investigadoras (Cameron, 1990, 1992, Roman, Jushasz y Miller, 1994, Spender, 1980). Gran parte del impulso dado al enfoque, se debe a la aportación de Lakoff (1975) quien, en su trabajo Language and Women´s place, describió el lenguaje característico de las mujeres como diferente al de los hombres en cuanto al léxico, la sintaxis y la pragmática. A partir de su contribución, las diferencias sexuales se convirtieron, no sólo, en el punto de partida de numerosos estudios, sino también, en la explicación de todas y cada una de las variaciones lingüísticas que se detectaban. A partir de esta fecha, los estudios centrados sobre el género y el discurso han ido alcanzando un mayor desarrollo y reconocimiento como campo de investigación consolidado. Y, es que, según estas autoras, quienes abordan el estudio del lenguaje y el género, consideran el análisis de las prácticas de lenguaje, como una labor elemental en el marco del estudio de las relaciones humanas.
Los analistas del discurso de género consideran el lenguaje como un ámbito de construcción del género. Asimismo, entienden que, la construcción social del género, no es neutral, sino que, está vinculada a las relaciones de poder institucionalizadas dentro de las sociedades, subrayando, con ello, su carácter ideológico. En esta línea, el discurso, está siempre inmerso en un determinado contexto social.
La pluralidad de investigaciones sobre género y discurso generadas desde los años 70 ha impulsado la realización de trabajos que recopilan diferentes estudios enmarcados en diversos enfoques de análisis del discurso. Una de las obras pioneras dentro de esta línea y que constituye una de las primeras aportaciones de sistematización de los estudios sobre género y discurso es la de Thorne y Henley publicada en 1975 y titulada Language and sex: Difference and dominance. Esta obra, incluye toda una serie de investigaciones procedentes de diferentes disciplinas, abordadas desde una gran diversidad de técnicas de análisis del discurso (análisis de contenido, análisis conversacional, análisis textual, etc.).
En esta misma línea, el trabajo emprendido, por West, Lazar y Kramarae (2000), presenta una selección y clasificación de trabajos distinguiendo entre dos perspectivas en el estudio del discurso y el género: en primer término, la que se centra en los análisis textuales del modo en que se habla acerca de los hombres y de las mujeres y, en segundo término, la que considera la cuestión de cómo hablan las mujeres y los hombres. A partir de esta segunda perspectiva, podemos distinguir, de acuerdo con las autoras, entre tres tipos de enfoques: enfoque funcional de las diferencias sexuales, estilos de habla (de comunicación) y género y habla en interacción. Las tres perspectivas se diferencian en la forma en que abordan la cuestión del contexto y sus formas de conceptualizar el género. Así, las investigaciones realizadas desde el prisma funcional (Holmes, 1990, Cameron et al. 1988, Cameron y Coates, 1988, Nichols, 1983) respecto del género y el habla, plantean el “contexto” como variable que pasará a formar parte del análisis. Y, por tanto, el género, es tratado, como una variable independiente cuyos efectos pueden evaluarse sobre variables dependientes.
Por su parte, los trabajos centrados en los estilos de comunicación (Tannen, 1990, Zimmerman y West, 1975), estudian las variaciones lingüísticas dentro del contexto social en el que tienen lugar. Aquí, el género, es contemplado como un rol, un papel que es contingente a la posición del individuo en la estructura social y a las expectativas asociadas a esa posición. Desde este punto de vista, el énfasis, se sitúa sobre la manera en que se aprenden y ponen en práctica los roles que generan las “diferencias sexuales” en el habla.
Y por último, para quienes abordan el habla en interacción (Goodwin, 1990; West y García, 1988), la clave es el contexto temporal
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