Diferencias En Los Metódos De Administración Del Riesgo Entre Portafolios De Renta Variable Y Fija

El reto del contador ante la globalización.

Los pasos agigantados del desarrollo económico, social y cultural a nivel mundial, han eliminado las fronteras y dado paso a la globalización de cada proceso. Borrar fronteras nos enfrenta a la homogenización de la información, en especial la estandarización de los hechos económicos que son el pilar de este cambio. Entonces, si no hay límites y si estamos obligados a manejar un mismo idioma para comunicarnos, necesitamos sistemas que faciliten el entendimiento y líderes de éstos que aseguren el éxito de esta interacción. Es aquí cuando la figura del Contador sale de sus básicos escritorios y sus rincones olvidados en las Compañías y toma un papel protagónico en la estandarización y divulgación de los acontecimientos financieros. Este nuevo papel enfrenta a estos profesionales a retos importantes y oportunidades de mejora, que deben estar ligados a la integralidad de su formación académica y su competencia profesional.

La contabilidad surgió por la necesidad manifiesta del hombre de contar, anotar y controlar el flujo económico de sus operaciones. Esta necesidad se mantiene y ha forzado al hombre a tecnificar el proceso y adecuarlo al ritmo que evoluciona sus actividades comerciales. Dentro de la tecnificación, emerge un punto clave, la preparación de un líder que lleve a cabo todo este proceso y adicional monitoree el desarrollo de las actividades, advierta los ajustes a la técnica contable e implemente metodologías para darle voz a las cifras. Todo esto enfocado al propósito general de mostrar la realidad económica de las empresas y apoyar integralmente la toma de decisiones corporativas.

“En una organización pueden existir varios sistemas de información para propósitos diferentes. La contabilidad es un sistema de información particular, que proporciona información acerca de las consecuencias económicas del proceso de transformación”

Si la contabilidad surge y se adapta a la economía, es lógico que ante la globalización de la economía surja la internalización de la contabilidad y por ende de la profesión contable. Como lo anotábamos anteriormente, en un mundo “cero fronteras” donde los negocios deben hablar el mismo lenguaje, es necesario fijar estándares de clasificación y divulgación que faciliten su comunicación. Sin embargo, si estos reportes son guías, que definen el rumbo de las organizaciones, los profesionales al mando del proceso deben asegurar este objetivo. De nada sirve armonizar e internacionalizar la técnica contable, si el contador – que es su timonel- no se desarrolla las habilidades suficientes para este nuevo reto.

La formación de los contadores, más allá de la técnica y la conceptualización, debe guiarlos al ejercicio de la misma con ética y responsabilidad social. De hecho en la actualidad se han desarrollado normas internacionales que obligan a los profesionales a seguir reglas y principios morales para el desarrollo de su labor. Esto, como respuesta a catástrofes financieras como la del sonado caso Enron en el año 2001, en donde los auditores y sus deficientes informes financieros, fueron celestinos en el ocultamiento a los socios de deudas insostenibles y proyectos fallidos, que los llevaron a la bancarrota. La integralidad de la educación del contador, debe reforzar su objetivo de reflejar a través de su labor la realidad de la empresa con transparencia y responsabilidad; así como la de ser lazarillos en la toma de decisiones corporativas, minimizando el riesgo de estos fraudes financieros.

La globalización pide a gritos contadores que hablen un lenguaje internacional en su labor. La conceptualización, el aprendizaje de la técnica contable y la contextualización del contador en su rol, son impartidos en las aulas como base de su formación académica. Sin embargo, debemos examinar l a escuela actual, examinada a la luz de los cambios que impone el proceso de globalización. Los contadores deben estar preparados para asumir roles internacionales, retos ambiciosos que demandan habilidades dinámicas, enfocadas en el desarrollo de su labor y la traducción de éste bajo esquemas de alta responsabilidad social y ética, que deben iniciarse en la escuela básica en las universidades.

“La globalización le ha dado un giro significativo a la profesión contable y la internacionalización de la misma, porque en el momento en que la

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