Disaster Recovery Process

Esta historia comenzó hace algunos años, en un lugar donde el sol salía todos los días, el azul del cielo era intenso y las olas del mar cantaban sin cesar, la brisa del mar era suave y movía su rizado cabello, ella parada a la orilla del mar, oliendo el perfume salino. De repente algo roza sus piernas, es Cirilo su perro, Cirilo la acompaña a cualquier lugar al que vaya, es su mejor amigo. Él la hace recordar que es hora de regresar a casa pues su madre la espera para desayunar.

La arena le brinda una alfombra por la que va corriendo, su estomago le amedrenta el haber tardado tanto en la playa.

• Mamá ya llegue!
• Porque tardaste tanto Daniela?
• Estaba recogiendo conchitas, mira! Te traje unas! No son hermosas?
• Si son muy bonitas, y que piensas hacer con estas?
• Voy a ponerlas junto a Fernando, yo se le gustarán a él también.

Y las deposita junto a la foto de su hermano, el cual murió apenas un par de años, murió mientras jugaba en el mar, a pesar de que era un gran nadador, nadie se explica como sucedió, simplemente desapareció. Daniela era muy pequeña cuando eso sucedió, tenía solamente 4 años, aún sueña con él en las noches y luego puede jurar que escucha sus risas en el océano.

• Daniela? Ya es hora de que desayunes

Ella vuelve a la realidad y deja atrás los recuerdos, come vorazmente. El mar es muy generoso con ellas, su padre siempre regresa con bastantes productos no sólo para que coman ellas, sino también le alcanza para vender y así poder sostener a su familia.

• Mamá?
• Si?
• Puedo ir hoy con Irán a jugar a su casa?
• Bueno, pero con la condición de que yo te lleve y pase por ti
• Pero mamá no está lejos
• Nada de peros, si no es así no vas.
• Esta bien – contesta, aunque no muy convencida.

Quería pasar antes a la playa y darse un buen chapuzón, pero sabe que ahora será casi imposible, su madre no se lo permitiría pues desde lo que pasó con su hermano no dejan que se meta muy adentro; ella lo hace, claro a escondidas y es lo que más disfruta en este mundo, de hecho una vez llegó tan adentro que vio un sin fin de peces de colores quiso agarrar a algunos, pero estos se le escapaban de sus dedos, ese ha sido uno se los mejores momentos de su vida. También solía tirarse de espaldas y dejar que las olas la llevaran a donde quisieran.

Ese día paso sin más contratiempos, su mamá la llevó a casa de su amigo, el vivía en casa en la playa también, jugaron un par de horas en la arena, siempre con supervisión de Oralia, la madre de Irán. Hicieron figuras en la arena, comieron, volvieron a jugar, hasta que se hizo tarde y la llevaron a casa.

• Papi!
• Como estas princesita?
• Muy bien! Como  te fue hoy?
• Genial! No sabes la de cosas que vi hoy!
• Viste tiburones?
• Si miles de ellos! Estaban alrededor de mi barca, eran 10! 20! 50! Tiburones nadando alrededor de mi, pero yo valientemente luche contra ellos! No hubo unos solo que pudiera conmigo! – Decía Ernesto, su padre, mientras simulaba un lucha en donde claramente era el vencedor. Desde el otro lado de la habitación estaba su esposa viendo divertida esa escena

Esa noche, Daniela soñó que estaba con Fernando jugando en el mar, hacían competencias de natación, y ella iba ganando, pero de repente todo se volvía negro, las olas se agitaban volteaba buscando a su hermano, el no estaba había desaparecido, así que estaba sola en medio de la nada, no veía más que agua. Despertó agitada, no era la primera vez que soñaba esto, tardó un rato en conciliar el sueño nuevamente, tenía miedo.

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