Dislexia Social

                                         Dislexia Social

     Uno de los temas que más afectan a la hora del aprendizaje es la dislexia, un problema no menor que tiene una raíz científica, y como es comprensible, también tiene su raíz genética. En primer lugar, cabe destacar que el termino dislexia proviene del griego y significa dificultad con el lenguaje, y desde ese punto de vista, se presenta la idea de que la dislexia se puede asociar con la dificultad en la lectura y con todo lo que ello deriva, es decir, la comprensión, el análisis del contexto de producción y recepción y también, la interpretación de un texto. Por otra parte, muchos teóricos y estudiosos de este problema, apoyan la teoría de que constituye un problema de lectura.

      Además de lo mencionado anteriormente, la dislexia se relaciona con la dificultad en la escritura, lo que es comúnmente conocido como disgrafía, y también con los problemas en la ortografía, lo que se conoce como disortografía. Según la International Dyslexia Association, la dislexia es una dificultad específica de aprendizaje cuyo origen es neurobiológico. Se manifiesta en el aprendizaje de la lecto-escritura, presentando dificultades en el proceso lector, como también en la escritura y en la ortografía y, en general, con todo lo que tenga que ver con la decodificación de los símbolos que nosotros mismos hemos creado para nuestra comunicación (las letras y los números).  

    En gran parte de los estudios presentados por la asociación antes mencionada, se presenta la idea de que la dislexia se trasmite en forma genética, por lo que se cree que es muy frecuente encontrar a más de una persona que tenga dislexia dentro de una misma familia. La dislexia es absolutamente independiente del coeficiente intelectual, además de no tener relación con causas sociales, emocionales y/o culturales.

     A pesar de ser una dificultad, la dislexia no impide a la persona que pueda aprender, o desarrollar diversas habilidades lingüísticas tanto en la escritura como en la lectura, siempre que se aplique la metodología y tratamiento adecuado para que el niño pueda desarrollarse por sí mismo. Todo niño posee una forma distinta de ver y percibir los distintos símbolos que el mundo le presenta, es por eso, que la forma de tratar la dislexia es distinta para todos.

     El principal problema que tiene la dislexia es que no es compatible con nuestro sistema educativo, pues, dentro de este, todos los aprendizajes se realizan a través del código escrito, por lo cual el niño disléxico no puede asimilar ciertos contenidos de materias como Conocimiento del Medio, porque no es capaz de llegar a su significado a través de la lectura. Problemas como el planteado anteriormente hacen que la dislexia sea un problema difícil de tratar en nuestro país, considerando que muchas veces, el diagnóstico no es el correcto, por lo tanto, el problema no es tratado desde la raíz.

     La dislexia puede ser tratada, pero si se hace a tiempo, los resultados obtenidos pueden ser bastante positivos. El factor tiempo es muy importante, además de establecer un diagnóstico correcto y adecuado, ya que a la hora de tratarlo, es muy importante atacar la base del problema, para que así sea más efectivo. El tratamiento de la dislexia debe ser completamente personalizado y adaptado a la edad y síntomas del paciente; cada niño sufrirá diferentes carencias y requerirá que se haga especial hincapié en distintos aspectos. La manera de superar la dislexia consiste básicamente en aprender a leer y escribir de nuevo, adaptando el ritmo de aprendizaje a las capacidades del niño

     Cabe destacar que la dislexia no es un problema que afecte solo a los niños, sino que también puede afectar a adultos, y esto no se da sólo por un inadecuado tratamiento en su niñez, sino que también pueden influir factores externos, como por ejemplo un trauma psicológico o incluso, un accidente que le deje como secuela, un trastorno de aprendizaje. La mayoría de los casos de dislexia se detectan en edad escolar y son tratados de forma adecuada. Pero existe un porcentaje de personas que sufren dislexia y no lo saben, lo que supone una enorme fuente de frustración e inseguridad para ellas, ya que se ven constantemente sometidos a presiones, estrés, esfuerzo extra, etc. A esto se suma la falta de apoyo a la que se enfrentan en ocasiones los pacientes que han sido diagnosticados y que están recibiendo tratamiento, a los que se debe hacer saber que no están menos capacitados que los demás, y que tienen a su disposición los recursos que necesiten para superar sus dificultades.

...