EDUCAR PARA LA VIDA
Enviado por auribel • 16 de Enero de 2014 • 676 Palabras (3 Páginas) • 402 Visitas
Educar para la vida
Por: Ernesto Ávalos López
Fuente: Revista "Academi
Si es cierto que educar es poner en práctica una filosofía de la vida (1), como efectivamente lo creemos, es ineludible considerar al fenómeno educativo como una preparación para la vida, y ¿por qué no?, para la muerte.
John D. Redden y Francis A. Ryan, en su obra "Filosofía católica de la educación', nos brindan una definición de educación que nos parece completa: "es la influencia deliberada y sistemática ejercida por la persona madura sobre la inmadura, por medio de la instrucción, la disciplina y el desarrollo armonioso de todas las
facultades físicas, sociales, intelectuales, morales, estéticas y morales del ser humano, de acuerdo a la jerarquía esencial de las finismas, por y para la utilidad individual y social y dirigida hacia la unión del educando con su Creador como fin último" (2)
De esta definición nos interesa resaltar particularmente un elemento que desafortunadamente, para muchos educadores y no pocos padres de familia, ha quedado marginado por considerar que no es tarea propia de su quehacer docente, y es el que se refiere al fin último de la educación: "El hombre fue creado para alabar y servir a Dios en este mundo, y de este modo alcanzar como premio la felicidad eterna con Él en el cielo" (1). En educación todas las cosas debieran subordinarse a este último fin, y dirigirse hacia él.
No se trata necesariamente de hacer de la cátedra una permanente lección de catecismo o de apologética, sino de hacer efectiva, sobre todo a través del ejemplo, la transmisión de bienes y valores auténticamente cristianos, de poner en práctica esa filosofía de vida que supera los límites temporales y alcanza dimensiones de trascendencia.
Debemos considerar que no es para las aulas que se educa al individuo, sino para la vida misma. Todos los conocimientos que se brinden, los hábitos y actitudes que se favorezcan a través del proceso educativo, los valores que se ayuden a clarificar en el alumno, no pueden quedar limitados a su paso por las instalaciones escolares, sino que deben ser para que los aplique en su vida diaria.
No sólo se trata de favorecer una forma de pensar, sino que sobre todo se pretende que adquiera una forma de vivir de acuerdo a los más altos ideales.
Por eso es importante la influencia que el profesor pueda llegar a tener sobre el discente en las aulas de clase, ya que ésta puede resultar determinante para el logro de los fines educativos y personales del individuo.
Una verdadera educación (integral) debe comprender necesariamente la suma total de la naturaleza humana. Pero debe interpretarse de manera cabal la naturaleza del hombre, como un ser complejo, compuesto de cuerpo y alma en unión sustancial y dotado de potencias y capacidades.
Al hombre se le debe
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