EL CONOCIMIENTO, LA CIENCIA Y LA ESCUELA

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EL CONOCIMIENTO, LA CIENCIA Y LA ESCUELA

GERARDO PALOMINO BUITRÓN

ENSAYO: SEMINARIO AVANCES EN LA CIENCÍA

DOCENTE TUTOR: OSCAR ALONSO HERRERA GUTIÉRREZ

COORDINADORA DE LA ASIGNATURA: CARMEN ELENA MIER

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA, SEDE PALMIRA

FACULTAD DE INGENIERÍA Y ADMINISTRACIÓN

MAESTRÍA EN  ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS

 EXACTAS Y NATURALES

PALMIRA

2013

EL CONOCIMIENTO, LA CIENCIA Y LA ESCUELA

Mientras en las escuelas se eduque sobre ciencia y no sobre otras maneras de construir conocimiento, entonces, la ciencia es un dogma. Feyerabend

El presente escrito trata de hacer una reflexión de las concepciones que tiene los docentes que orientan asignaturas de carácter “científico” en el contexto de la escuela, como abordan el conocimiento y cuáles son sus prácticas  más comunes en el marco del paradigma globalizador de la información.

Para iniciar es preciso establecer un punto de partida acerca de la idea que tienen los docentes, estudiantes y personas del común sobre  las disciplinas científicas,  particularmente en el contexto de las escuelas públicas y oficiales en  Colombia. Una situación muy común tanto a estudiantes, profesores y gente del común, es que consideran a los científicos y estudiosos de las  fenómenos naturales, como seres superdotados, más calificados, fuera de lo común y con una personalidad desbordante de sabiduría, siendo esta  una percepción que permea la mente de muchas personas, generando así una tendencia de exclusividad, incapacidad e imposibilidad del común de las personas para lograr la comprensión de las complejas teorías y leyes de la naturaleza; peor aun cuando estas se construyen a partir de un lenguaje simbólico, abstracto y cargado de matemáticas, lo cual  hace más inasequible la comprensión de muchos fenómenos físicos y abstractos, quizás por la misma tradición de las ciencias de utilizar procesos de pensamiento  deductivos, experimentales y objetivos dando validez únicamente a lo universal; a lo que pueda repetirse  - empirismo- y como verdad absoluta al conocimiento científico, positivismo.

Parafraseando a Karl Popper, en el argumento sobre el determinismo científico;  plantea que  por mucho que parezca confirmado por las teorías, a primera vista determinísticas de la física, y por su maravilloso éxito,  sigue siendo el obstáculo más sólido y la defensa de la libertad, creatividad y la responsabilidad humana; en otras palabras, es más fácil hablar de certezas que hablar de incertidumbres, ya que podría quedar en tela de juicio muchos de los estudios e investigaciones científicas del momento, pudiendo generar caos y controversia entre los científicos y gente del común, tal como lo fue propuesto por Einstein y Hawking, quien en su momento pretendían encontrar una teoría unificada que explicara la organización geométrica del universo, hoy en día han surgido nuevas posturas acerca del funcionamiento de las leyes de la naturaleza, siendo la física encargada de proponer nuevas maneras de explicar las dinámicas del universo, como es la física del desequilibrio y la teoría del “caos”, generando así una nueva manera de concebir las ciencias, quizá un poco más cercanas a las personas del común y una  visión más humana, donde todos pueden participar en la construcción del conocimiento en el mundo,  de manera que  las ciencias  se configuren como   un instrumento para al servicio de la humanidad y no como un lastre a llevar por toda la existencia.  

La escuela desde su origen hasta el momento ha continuado con  su misión de transmitir el conocimiento científico, como parte de su tradición cultural, donde no se hace una reflexión profunda del origen epistemológico del conocimiento científico, a sabiendas que la escuela tiene como objeto de estudio el conocimiento mismo; de ahí que la escuela se ha erigido como una organización más al servicio  del Estado, que a los seres humanos en su extensión, ya que por una parte son las organizaciones económicas y políticas de la sociedad las que  se hacen cargo de  direccionar lineamientos y normas educativas al servicio del capital productivo, donde implícitamente propone “modelos” o maneras de educar,  ideologías   y ciertas maneras de pensar homogenizadas; para ello se vale de un conjunto de profesores de clase social media-baja, con escasos recursos, con una actitud poco critica del sistema de educativo y con la carga a sus hombros de formar seres humanos íntegros en su ser, saber, saber-hacer y saber convivir, sin procurar los recursos suficientes para alcanzar dicha misión, por lo tanto el profesor de Ciencias especialmente se ve relegado a continuar su proceso de repetir conocimientos que otros construyen desde una posición acrítica, regionalista y menguada, por el mismo sistema que rechaza la libertad de expresión.

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