EL MAESTRO: DINAMIZADOR DE LOS DERECHOS HUMANOS Y SU IMPACTO EN MI COMUNIDAD

Indudablemente todos merecemos una educación justa, una educación en valores, en nuestra integridad personal, en la fortaleza para emprender y luchar por un objetivo, en la orientación de un proyecto de vida o en nuestro deseo de superación... Así como también tenemos la oportunidad de que se nos forme en el conocimiento de nuestros derechos en personas críticas y objetivas a la hora de enfrentar determinada situación de la vida. Afortunadamente muchos de nosotros contamos con la posibilidad de tener excelentes guías, grades maestros quienes se preocupan por nuestro bienestar y aprendizaje, y es que un docente más que ser un especialista en ciencias, en matemáticas, en español, en arte o en álgebra, por ejemplo; debe ser un orientador en nuestro camino, un apoyo, un ejemplo a seguir… un maestro digno de llamarse así.

Quiero empezar mi ponencia con una frase que en mi opinión reúne todas las características y bondades que se deben tener en esta bonita labor de ser docente, la cual reafirma lo anterior y dice así: “Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida”. (Pitágoras). Una buena frase para definir dicha ocupación ya que como lo mencione antes, el ser maestro no solo requiere de enseñar una ciencia sino de ser un guía ante las dificultades de nuestra vida, un asesor el cual nos ayude a afrontar esta carrera de vivir como lo dice la frase, pero no cualquier carrera, sino el trayecto de existir, el cual se debe emprender moldeando firmemente nuestro ser, nuestra lucha.

Acercándome un poco al tema de los derechos humanos es bueno saber que la educación en este tema busca fomentar la cultura de respeto y defensa de los mismos, lo cual implica que el ámbito jurídico, social, económico, cultural y político de nuestro país así como en las diferentes naciones confluyan en la protección y defensa de estos. Para lograr este objetivo se hace necesario que la escuela cumpla un papel protagónico en la enseñanza de los derechos humanos con una preparación que permita a los miembros de la comunidad, especialmente a los ciudadanos más jóvenes adquirir no solo un fundamento teórico sino un compromiso que integre a nuestros valores, a nuestra forma de pensar y actuar en sociedad es decir a nuestra cotidianidad, de manera tal que los derechos humanos se conviertan en un acuerdo cultural mediante el cual se promueva y garantice una vida digna a todos y todas por igual.

Por ejemplo: Cada vez que sientes que alguien está vulnerando o violando uno de tus derechos, por naturaleza haces reproche de este acto a ese individuo y le exiges que respete tal derecho, por lo que es natural pensar que todos los habitantes del mundo hicieran lo mismo cuando se les presentara una situación similar, tristemente no es así y es que en muchos rincones del mundo se ocultan casos de vulneración a los derechos humanos, uno de ellos y el cual tal vez sea el más común

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