EL ME LLAMO MALALA.

EL ME LLAMO MALALA

Es un honor enterarse de la historia de la Malala, la forma en que se enfrentó a los talibaneses por defender los derechos de las niñas para poder estudiar, es de aplaudirse. Hay veces que decimos, -“qué flojera ir a la escuela”; -“si llego tarde no hay problema”, -“y si hago la tarea para después, al fin no es para mañana”; todas estas frases, se escuchara feo pero son  de un perdedor, pues no valoramos el esfuerzo que nuestros padres están haciendo por nosotros, y tampoco valoramos el derecho que tenemos, que es la educación, no nos damos cuenta que muchas niñas y niños de otros países quieren estudiar y no se les concede el derecho, pues la ideología de los que “mandan” ahí está mal estudiar, pero como lo mencionan en el documental, solo lo hacen porque el poder del estudio nos ayuda a desafiar las cosas, a cuestionarnos, a ser independientes, entre otras cosas, y esto no les conviene a los que quieren mandar un país.

Por ejemplo, aquí en México no estamos acostumbrados a leer un libro, un libro que nos permite soñar, imaginar e interpretar las cosas, porque, porque eso hacen los libros, nos ayudan a ser capaces de expresarnos y expandir más nuestro  vocabulario, pero los mexicanos preferimos perder el tiempo en cosas innecesarias que solo nos echan a perder. Y esto está mal porque para salir adelante debemos saber cómo enfrentar las cosas y superarlas para ser felices.

Debemos de decir ¡basta! Y hacer que el estudio sea la herencia más importante que nos dejen nuestros padres, porque sin él, no seremos nadie en la vida y lo único que haremos es doblegarnos con los que tienen “mayor poder”.

Es bueno mencionar que las mujeres en México también pasamos por tabúes, pues  estamos atadas a hombres machistas, que solo quieren que la mujer este en el hogar para atenderlos y no las dejan trabajar, pero esto tiene que terminar, porque no debe haber diferencia entre el hombre y la mujer, ya que todos somos iguales para un solo Dios, llamémosle como queramos, pero ese ser en el que creemos es el mismo, solo que con diferente nombre.

En conclusión, todos, sin excepción de nadie tenemos el derecho de estudiar, y si alguien no los prohíbe hay que alzar la voz para defender nuestro derecho y ser alguien en la vida, sin estar dependiendo de alguien. Y como lo dice Malala, la chica de la historia, es bueno vivir un día como león, que vivir cien años de esclavo.

Por último  se debe reconocer el esfuerzo, compromiso, valentía de esta señorita que ha logrado mucho, no cualquiera se arriesgaría a pasar el mal momento por el que ella vivió.

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