EL PROCESO DE CRISTO.

Domínguez Herrera José Eduardo
Derecho Procesal Penal
Grupo: DE0501

El proceso de Cristo

La lectura corresponde básicamente al procedimiento en contra de la única persona cuyo nacimiento cambió la historia en un antes y un después del mismo.

En El proceso de Cristo habla de una situación singular, toda vez que analiza una mala aplicación de la justicia terrenal que concluye en un probable deicidio. En la obra de Burgoa en cuestión se habla de las violaciones que se cometieron en el proceso tanto en términos del derecho hebreo como del romano.

Nos adentramos entonces a un proceso singular en donde se ve desenmascarada una enorme injusticia tanto en términos de proceso hebreo (en el sanhedrín) como en el derecho romano, hablando del lado religioso se violaron diversos puntos que según el viejo testamento bajo ninguna circunstancia y en contra de  ninguna persona esto debía suceder.  Las garantías principales que fueron omitidas por los hebreos son: la obligación de examinar a los acusados y desahogar las pruebas en presencia de toda la comunidad hebrea y a plena luz del día, en este caso el proceso se llevo a cabo de manera inconsciente ya que se violaron los derechos procesales, no se admitieron testigos, la votación condenatoria no se sujetó a revisión antes de la pronunciación de la sentencia entre otras cosas.

Se asume que Jesucristo fue llevado a la crucifixión por la pena de “blasfemia” y aquí nos encontramos con dos graves errores: el primero consiste en que la blasfemia de la cual fue acusado (cabe mencionar que no se pudo comprobar la misma) no estaba dictada como pena de muerte en el derecho hebreo y mucho menos por crucifixión, el segundo es que este castigo ya no estaba permitido en su lugar se encontraba la “lapidación” que era una pena mucho menos  humillante.

En el presente libro hemos aludido a este “juicio” se debe concluir que no hubo tal juicio. El “delito religioso” por el que el Sanhedrin condeno a Cristo a la muerte en cruz fue la blasfemia y por el que exigió la homologación del procurador de Roma no fue materia cuestionada ni pudo serlo, ante el citado tribunal, atendiendo a su notoria incompetencia.

A pesar de aquel inspirador discurso realizado por Nicodemo el “abogado” de Jesucristo y aún con las faltas expuestas ante el consejo del sanhedrín y el pueblo hebreo, el demandado fue condenado.

Digamos que no hubo un juicio romano, dado que el caso no tenía sustancia desde el punto de vista de la ley romana, por no existir el delito de blasfemia y por no haberse podido probar la existencia de un delito contra el Estado

Desde el punto de vista de un estudiante de Derecho podemos concluir que “el proceso de Cristo” fue más un caso en que se pusieron por delante los intereses políticos que los de las justicia como ha ocurrido en diversos momentos en la historia de la humanidad.

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