EL VIEJO ARBOL DE NAVIDAD

EL VIEJO ARBOL DE NAVIDAD

AUTOR: FIORE GIUGLIANO

En el pueblo llamado Natividad todos los años y desde hace mucho tiempo, cada primero de diciembre se adornaba un gran y frondoso árbol que había en la plaza principal y que siempre estaba lleno de pajaritos por sus lindas flores y ricos frutos. Todos los habitantes del pueblo colaboraban en su decoración. Era una especie de fiesta para todos, en la que la mayoría trataba de darle al arbolito lo mejor que tenía: luces, guirnaldas, bambalinas, ángeles, lazos y por supuesto una gran estrella en lo alto de su copa. El día que prendían las luces el arbolito se sentía feliz, era el árbol mas admirado del pueblo, y orgulloso mostraba sus luces y adornos.

Pasaba este tiempo tan especial y el pueblo volvía a su rutina. Y el árbol esperaba con ansias nuevamente la llegada del mes de diciembre para lucir su mejor aspecto y compartir con toda la gente la llegada del Niño Jesús y del año nuevo. El tiempo pasó rápidamente, el pueblo crecía, se construyeron más plazas y se sembraron mas arboles y el gran árbol veía con preocupación que sus hojas empezaban a caerse y sus ramas a secarse, estaba cada vez menos frondoso. Entendió que se estaba volviendo viejo. Un día, vio con alegría que la gente venia cargando sus adornos navideños. -“Llego la navidad”, pensó. Pero vio como las personas pasaban por su lado hacia el final de la plaza…Como pudo levanto su vieja copa ya sin hojas y vio a lo lejos un gran árbol al cual estaban decorando..Desanimado y triste se dio cuenta que ya no seria más el árbol de navidad, ya estaba viejo, sin hojas y solo le quedaban algunas secas ramas. Desconsolado lloro y por su viejo tronco bajaban unas gruesas lagrimas.

Los pajaritos del campo que alguna vez vivieron en el, se dieron cuenta de que el árbol estaba muy triste y se acercaron a preguntarle: Viejo árbol, ¿Por qué estás tan triste? El les comento que ya no volvería a ver en sus ramas las hermosas luces de cada diciembre adornaban su tallo y sus ramas porque ya estaba muy viejo y la gente del pueblo había escogido otro árbol para decorarlo. Los pajaritos se quedaron muy tristes al ver que aquel árbol llorando, pero decidieron que harían algo para que el árbol fuera feliz. Fueron a la casa de los niños del pueblo y les contaron lo que le pasaba al viejo árbol y a cada uno le pidieron un adorno o una luz navideña. En la mañana del siguiente día se reunieron todos los niños y los pajaritos en la plaza donde estaba el árbol y cuidadosamente colocaron en las viejas ramas sin hojas todos los adornos y luces que habían llevado. Los niños iban todas las tardes a jugar al pie del árbol y los pajaritos se posaban sus ramas. El árbol se sintió muy feliz de estar acompañado y poder escuchar a los niños cantar: NAVIDAD…NAVIDAD, LINDA NAVIDAD!

...