ENSAYO LOCOMOTORA MINERA DE SANTOS

ENSAYO

LOCOMOTORA MINERA DE JUAN MANUEL SANTOS

        MOISÉS DAVID ASÍS MERCADO

        Enero 2017

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA AMERICANA

DERECHO SABATINO GRUPO 10H

DERECHO MINERO

El gobierno del Presidente, Juan Manuel Santos, basó su programa de trabajo, desde su primer mandato, en el desarrollo de cinco ejes programáticos, a los que llamó “locomotoras del crecimiento”. Es así como además del agro, la infraestructura, la vivienda y la innovación, el sector minero fue considerado, por el gobierno, como uno de los pilares fundamentales del crecimiento económico del país. 

Como lo dijo el fallecido senador conservador Juan Mario Laserna, que hizo parte de las comisiones de presupuesto: “Las locomotoras, salvo la de minería, no tienen gasolina”, es decir, se presagiaba un camino expedito para el desarrollo de exploración y explotación minera, la cual va por cuenta en buena parte de la inversión extranjera que hay que mantenerla, pero dejarla de subsidiar con tarifas de impuestos realmente bajas.

Diferentes sectores sociales, rurales y ambientalistas colombianos, plantearon desde un principio, preocupaciones frente a lo que significaría para los ecosistemas, los territorios de pueblos ancestrales y las comunidades rurales, en general, la puesta en marcha de la locomotora minera. De igual forma surgió una preocupación adicional respecto al programa de gobierno de Santos, ‘Prosperidad para todos’: ¿A quién favorecerá realmente el avance de dichas locomotoras?

Con el transcurrir del primer periodo presidencial de Santos, el Gobierno daba buen recaudo de su plan minero energético y se ufanaba de promulgar que la “Locomotora minera” era la única que andaba a todo vapor. Esto lo logró con una reforma a las regalías, pero quedó en deuda con la regulación; ya para el segundo período presidencial, al presidente Santos se le descarriló esta locomotora, La Corte Constitucional, mediante sentencia C-273 de 2016, declaró inexequible el artículo 37 del Código de Minas que señalaba: “Prohibición legal. Con excepción de las facultades nacionales y regionales que se señalan en los artículos 34 y 35 anteriores, ninguna autoridad regional, seccional o local podrá establecer zonas del territorio que queden permanente o transitoriamente excluidas de la minería. Esta prohibición comprende los planes de ordenamiento territorial de que trata el siguiente artículo.” Es decir los mandatarios regionales y locales asumían en forma la autonomía de su región.

Carbón hay mucho; Colombia exporta setenta millones de toneladas de carbón anualmente, y aún queda más. El carbón tiene efectos locales negativos; hay conflictos ambientales, con los indígenas y las diferentes etnias, prueba de ello es que más de setenta mil (70.000) indígenas de zonas como el Cesar y La Guajira, han sido desplazados; se ha desviado cauces de ríos, cometiendo daños en muchas ocasiones irreversibles y quienes compran y explotan carbón, países europeos y Los Estados Unidos, no pagan los costos ambientales, esto paradójicamente, empobrece al país, pero esos países si tienen claro el daño que ocasiona la exploración y explotación mineral a la naturaleza, es precisamente esa la razón por la cual La Unión Europea, solo autorizó a Polonia la producción de carbón; al resto de países no, por la alta destrucción al medio ambiente. (http://www.ecologiapolitica.info/)

Históricamente, se puede asegurar que alrededor de una mina no hay riqueza y bienestar, hay destrucción y desolación; de allí que si comparamos por cifras de generación de empleo, tenemos que una mina genera, por hectárea 0.9 empleos, mientras que una arrocera, genera seis.

En términos generales, como bien lo dijo el economista español Joan Martínez Alier, Miembro del Comité Científico de la Agencia Europea del Medio Ambiente, “La minería deja al final (…) pobreza, al menos localmente (…) veo que Colombia va por el camino equivocado económicamente y además con esta arrogancia de las Locomotoras (…) es bastante claro que hay que ir por otro camino”

Según estadísticas, en los últimos ocho (8) años, el sector minero generó quince mil (15.000) empleos, en un mar de desempleados que rondaban los tres millones y medio en el país. Además en nuestra economía, el PIB está mal calculado, pues no resta lo que debería restar en cuanto a daños al medio ambiente, por tanto, estamos ante unas cifras falsas; además, debido a las exenciones arancelarias, que generan la llamada “confianza inversionista”, otorgadas a las multinacionales mineras, lo que recibe el país no alcanza para reparar los daños ocasionados por estas empresas, a nuestro medio ambiente. Normalmente las regalías son muy pequeñas, en relación con la exención de impuestos. (http://connuestraamerica.blogspot.com.co/2011/11/la-locomotora-minera-entrevista-con.html).

Normalmente, las empresas cambian su nombre para proteger su imagen y no quedar ante la opinión pública como unos destructores del medio ambiente y la vida; utilizan el lenguaje del dinero, para engañar al pueblo, es decir, estas multinacionales dicen sacamos el mineral, pero, no se preocupen que les vamos a compensar, como sucedió en Cajamarca, Tolima, donde la Multinacional ASHANTI ANGLO GOLD, compró los instrumentos musicales de la Orquesta Municipal, cosa que realmente le compete al municipio, pero, no es más que el Lenguaje del Dinero. ¿Será que eso compensa todo el daño ambiental que se ocasione?

En cuanto al caso específico de la exploración, explotación y comercialización del carbón, se atenta doblemente contra la naturaleza: durante la primera etapa, se atenta  contra sistemas ecológicos como páramos y humedales y en su disposición final, al ser quemado, se convierte en bióxido de carbono. En todo este proceso atentamos contra la biodiversidad de los páramos y el agua y al final se incrementa la cantidad de bióxido de carbono, el cual ha subido en los últimos cien (100) años de 300 ppm á 400 ppm, causando un aumento ostensible en el efecto invernadero, es decir, dejando a su paso pasivos ambientales.

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