Economia circular

PILAR 2: LO QUE NO UTILIZÁS, TIENE VALOR

LOS VILLANOS ¿TRIUNFARÁN EN ESTA BATALLA?

Presentemos nuestro primer personaje de la historia, aquél del que todos hablamos como si fuese que lo conociéramos lo suficiente. Si, el Dióxido de Carbono, ese famoso gas que retiene el calor en nuestra atmosfera, ha    aumentado en un 30 % desde la Revolución Industrial y a causa de ello, la temperatura ambiental ha subido más de un grado. Eso quiere decir que estamos liberando el calor equivalente a 4 bombas atómicas CADA SEGUNDO. Se dice que para 2050 habremos aumentado un grado más esa temperatura, incluso la ONU habla de refugiados climáticos, ¿De cuántos? Entre 50 a 200 millones de personas, casi 5 veces la población de Argentina.

Pero aún existen datos más alarmantes y actuales, 7 millones de personas mueren a causa de la contaminación atmosférica, esto representa un 12% de todos los fallecimientos.

Imagino que leer estos datos te hizo reflexionar y te angustió, o quizás ya lo sabías y no te causó mucha impresión que digamos. ¿La razón? Infoxicación, una intoxicación de la información. Eso se debe a que vivimos bombardeados con noticias catastróficas, lo que con el paso del tiempo nuestro cerebro tiende a bloquearlas y se convierten en un ruido de fondo. Incluso, si es que te sentías mal hasta hace un rato puede que ya se te haya pasado.

Entonces, ¿Ya no hay solución?, ¿No tenemos el rumbo correcto?, ¿Solo estamos aquí de paso y el después no nos interesa?

¡Claro que no! Esas respuestas que intento responder fueron el motivo impulsor que me llevaron a escribir este ensayo.

Para ello voy a continuar con el relato de la historia y para hacerla aún más atractiva involucraremos a un villano; el Capitalismo.

Don Capitalismo es por mucho el agente representante de las empresas que contaminan, las que arrasan los bosques, las que extraen materias primas y combustibles cada vez más agresivamente y las que emiten millones de gases a diario...

Pero ¿Y qué de su famoso rival? El Comunismo, responsables de dos de los mayores desastres ecológicos de la historia: convertir el cuarto mayor lago del mundo en un desierto de sal tóxico y el accidente de Chernóbil, el cual liberó 400 veces más radioactividad que la bomba de Hiroshima.

Aunque en este caso no diremos que uno es mejor o peor, ya que ambos comparten algo: la manera en que fabrican y usan las cosas. Este modelo es el verdadero villano en esta historia y lo denominaremos ECONOMÍA LINEAL, donde el mismo consiste en extraer recursos, refinarlos para convertirlos en materiales listos para usar con los que se fabrican diferentes objetos que luego se ensamblan para obtener un producto final. Esos productos tendrán una vida útil mayor o menor que otros, pero todos tienen un mismo destino final: ser residuos.         

A continuación, te anexo una imagen ilustrativa de las facetas que implica la economía lineal.

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Ahora bien, solemos creer que los residuos son los principales causantes de la contaminación ambiental, lo cual es cierto. Aunque, son pocas veces que nos ponemos a pensar en todas las facetas que son necesarias hasta llegar a ese producto final, las cuales todas contaminan y emiten gases como contaminantes. Asimismo, todas consumen energía que para variar son sacadas de fuentes que también contaminan. Incluso, existen productos finales como por ejemplo los medios de transportes, que también emiten gases contaminantes.

Tampoco nos olvidemos de las empresas, cuyo objetivo es generar ganancias. Y cuantos más procesos necesite un producto, más costoso será para la compañía; que como sabemos, seremos los consumidores finales quiénes paguemos por ese valor agregado.

Sin embargo, no todo finaliza cuando el producto es desechado, sino que una vez que éste se vuelve obsoleto, el proceso comienza de nuevo creando nuevos objetos y volviendo a comenzar ese ciclo vicioso de extraer para tirar. Lo que es aún más desalentador, es que de esa cantidad muy grande de residuos no conseguimos reciclar ni siquiera la mitad.

Volviendo a nuestra historia, se me olvidó contextualizarte en qué lugar transcurre la misma, y ese será en LA CIUDAD. Puesto que está comprobado que el 75% del consumo de los recursos naturales ocurre en las ciudades. Y que ellas producen el 50% de los residuos mundiales y entre el 60% y 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

        La necesidad de cambio es cada vez más evidente, y las ciudades sienten esos efectos colaterales.

        Hasta el momento, parece que solo estás leyendo una triste historia en la que todo está perdido, pero… ¿No te parece que falta alguien en esta historia de ‘buenos’ y ‘malos’? Exacto, en lo que va del relato solo te he presentado a los viles; y no te conté nada sobre nuestra heroína: LA ECONOMÍA CIRCULAR.  

        Esta heroína nos ofrece la oportunidad de responder a estos desafíos mediante el replanteo de cómo usamos los materiales, lo que lleva a formas completamente nuevas de crear valor.

Para ello nos propone, tres diferentes paradigmas a tratar:

• Conservar los recursos naturales, en particular manteniendo control sobre el uso de los no renovables. Para lo que se debe promover la reutilización de los recursos y la sustitución de materias primas, a la vez se necesita crear condiciones para la regeneración.
• Optimizar el rendimiento de los recursos a través de la rotación, tanto en los ciclos técnicos como en los biológicos. Se debería llevar a cabo una reestructuración en la etapa de diseño de los bienes, de modo tal que las materias primas empleadas sean reutilizables. De esta forma los componentes y materiales podrían recircular y contribuir nuevamente a la economía.
•  Alcanzar un sistema más eficiente eliminando las externalidades negativas. De esta forma se lograría reducir el impacto negativo de la actividad humana en términos de contaminación.

En la siguiente imagen se ilustran los principios que te menciono:

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        La implementación de una visión de economía circular en las ciudades puede traer grandes beneficios económicos, sociales y ambientales.

        Este personaje de la historia puede fomentar la aparición de una:

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