Educación Ambiental En Valores

EDUCACIÓN AMBIENTAL EN VALORES

La educación en materia ambiental supone la formación en sentido integral de la persona, en especial en lo que se refiere a fomentar actitudes y comportamientos orientados a la convivencia. Inicialmente el ambiente es todo lo que nos rodea, pero en la actualidad desde el punto de vista sistémico el ambiente es un sistema dinámico, compuesto por un conjunto interactuante de elementos naturales, sociales y culturales en un momento y lugar determinados. “Es un sistema polidimensional de elementos y factores en interacción permanente de carácter físico químico, biótico, social y cultural dinamizados por el flujo energético universal” (fuerza, materia e información). (José Balbino León 2009).

Esto nos da a entender que el hombre juega un papel importante dentro de él, ya que no está ajeno a las actividades que se desarrollan sino todo lo contrario, existe una relación de dependencia entre todos los elementos. Debido a esta relación de dependencia, entre el hombre con el ambiente donde se desenvuelve es de suma relevancia formar al ser humano fomentando actitudes y comportamientos adecuados o idóneos, para mejorar las condiciones del ambiente y procurar su larga vida. Para lograr esto es necesario educar o formar en valores.

A partir de la idea de que el hombre forma parte de este sistema, está claro que al ser parte de él, puede evaluar y calificar el rol que cumple dentro de la naturaleza. Es evidente que los seres humanos desde sus inicios han quebrantado las leyes naturales, desequilibrando así al ambiente (contaminando los recursos naturales), ocasionado la crisis ambiental por la cual estamos atravesando. Desde el momento en que el hombre interpreta que su intervención en el mundo ha sido factor importante ante los daños ocasionados, surgen los planteos éticos. Sí analizamos nuestro día a día detenidamente, seriamos capaces de entender en las terribles condiciones en que se encuentra nuestro hogar (tierra) , los cambios climáticos, los desastres naturales que en diversas partes del mundo ocurren diariamente, nos demuestra que el hombre y su forma desordenada y egoísta de vivir han sido los causantes. Cuando debe ser todo lo contrario, el hombre debe vivir en armonía con la naturaleza, hacer uso de ella sin destruirla, teniendo claro que si se hace de esta manera, estaríamos garantizando el futuro del planeta. Los intereses monetarios de muchos son el perjuicio de otros, y se debe plantear como interés único la vida en todas sus formas. El ejercicio racional de la moral, convierte al hombre en juez y jurado hacia sus propias obras. Es de aquí que surge la necesidad de cambiar lo que se planteaba como educación ambiental e incluir una formación en valores, con planteamientos éticos sustentados en la realidad.

La educación y formación de las personas se da en nuestro día a día, que quiere decir esto, que estamos en constante aprendizaje, que la educación está presente en todo momento y en todo lugar, es decir es un proceso permanente, en el cual los individuos pueden internalizar información, que propicie la búsqueda de soluciones a tantos conflictos. Cuando se plantea educar en valores, debemos entender que los valores son cualidades o conjuntos de cualidades, por las cuales algo es apreciado de manera positiva; son guías de conducta que actúan cuando el sujeto debe enfrentarse a situaciones complejas, es decir, son criterios conductuales útiles para orientarse en situaciones difíciles y controvertidas. Que nos indica esto, que los valores deben marcar nuestra actitud hacía las situaciones, es una forma de realización personal que nos señala cual será nuestra conducta ante las diversas situaciones que podamos vivir. Una educación basada en valores, está siempre entorno al hombre, ya que es él quien podrá en uso los mismos.

Según plantea la Ley Orgánica del Ambiente en el 2006, la educación ambiental es un proceso continúo, interactivo e integrador, mediante el cual el ser humano adquiere conocimientos y experiencias, los comprende y los analiza, los internaliza y los traduce en comportamientos, valores y actitudes que los preparen para participar en la gestión ambiental y el desarrollo sustentable. Siendo el estado garante de los momentos y las formas donde y como se dé, de aquí viene la aplicación de políticas y estrategias que incluyan a la educación ambiental, en todos los ámbitos de la sociedad.

A partir del análisis de estas cuestiones se puede abordar una educación ambiental en valores, donde todas las personas estén en constante formación y participación activa en pro del ambiente. Donde antes de actuar, se analice lo que se va a hacer y sus efectos en el entorno. Plantear una educación ambiental en valores supone modelar al hombre para ser no solo un ser crítico, sino también alguien activo que aplique los valores para consigo, la sociedad y el ambiente donde vive, que lo sensibilice casi desde el momento que es concebido.

Al hablar de la aplicación de valores en la educación ambiental se debe hacer tanto desde los individuales (honradez, generosidad, compartir, educación, sacrificio, cortesía, amistad, empatía, autorreflexión, autodisciplina, responsabilidad, amabilidad, respeto) como los universales (justicia, solidaridad, igualdad, tolerancia, paz, salud, amor a los demás,

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