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Enviado por   •  7 de Agosto de 2011  •  1.222 Palabras (5 Páginas)  •  399 Visitas

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A propósito del Ministerio del Medio Ambiente

5/24/2006 1:21:28 AM

Columnista: Luis M. López A.

Se ha sostenido que la Revolución Industrial habría roto el equilibrio que el hombre mantenía con la naturaleza, pues hasta el siglo pasado parece que la influencia del hombre en la biosfera era relativamente pequeña.

Para Phillipe Saint Marc, cofundador de la “Carta de la Naturaleza” y uno de sus inspiradores y, después de 222 años de Jean-Jacques Rousseau precursor en materia de la protección a la naturaleza y crítico visionario de la sociedad de consumo, manifiesta no poder afirmar categóricamente que antes de la primera mitad del siglo XIX no existiera contaminación.

En realidad, toda actividad humana, cuando se daba lugar a concentraciones importantes, trae consigo algún grado y forma de contaminación. Por ejemplo en las grandes aglomeraciones urbanas, existía ya un problema de contaminación de aguas durantes los siglos XVIII y XIX., Ya en la época de Luis XIV Paris estaba sucia y contaminada.

Debemos señalar que lo grave a partir de la revolución Industrial del siglo XIX, se produce un aumento considerable de la contaminación y se altera el equilibro armónico entre el hombre y su medio ambiente.

Los principales factores que, a mi modo de ver, han influido en el actual problema de contaminación se han agravado y ha adquirido proporciones dramáticas, tanto por su intensificación como por su extensión geográfica.

Antes las zonas eran reducidas en cuanto a la totalidad de nuestro planeta. En este momento tiende a cubrir el planeta entero. Es el caso, que incluso en las nieves de Alaska se han encontrado elementos contaminantes. Caso similar ocurre con nuestros océanos.

Nosotros, seres pensantes, somos los responsables de envenenar la tierra, no dejando ningún lugar seguro para preservar la vida y la salud.

Nuestra gran irresponsabilidad nos ha llevado a degradar de tal manera nuestro medio ambiente, que pude constituirse en una situación irreversible.

¿Estaremos acaso ante la autodestrucción de la humanidad?.

Recuerdo que antes pocas personas se enfermaban producto de este fenómeno.

Podemos rescatar de un poema de Boileau, quizás premonitoriamente, donde manifestaba que en el Paris del siglo XVII ya molestaba el ruido traducido por el trabajo matinal de los artesanos o de los maullidos de los gatos por la noche.

Las situaciones actuales son de una gravedad, que cuando se formó el conjunto del pensamiento occidental, ni siquiera se podía sospechar, es decir en los siglos XVIII y XIX.

A pesar de que se hacen oír con fuerza las voces de los ambientalista, en algunas instancias se le minimiza o se desentiende con una perorata enfermarte. Un ejemplo es la contaminación del río Las Cruces de Valdivia o el aire irrespirable en los atardeceres de Temuco, producto del uso de leña, principalmente húmeda, en las chimeneas y estufas.

Pensando en lo poco precavidos que fueron las generaciones anteriores debemos estructurarnos mentalmente, en forma principal la casta gobernante, y realizar un esfuerzo de imaginación para él, mismo tiempo, medir la gravedad de la contaminación y ver las consecuencias que trae para el futuro de nuestros descendientes y los cambios necesarios en las políticas ambientales, para conseguir hacerles frente.

Debemos tener consciencia que estamos, desde hace tiempo, apartándonos del curso de la historia del hombre sobre la tierra. Hemos cohabitado mucho tiempo con nuestro medio ambiente pero también hemos vivido con la idea de que la naturaleza es un bien inagotable, que se nos da en forma gratis y para siempre.

Quizás tardíamente nos hemos dado cuenta que nuestra naturaleza no es inagotable, sino que un bien no gratuito y sí cada día más caro y difícil de proteger y no eterno, sino temporal, pues es frágil y corre el riesgo de desaparecer, llevándose consigo,

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