El Ejemplo de segunda característica del enfoque sociológico
Enviado por julia peralta • 7 de Junio de 2017 • Apuntes • 755 Palabras (4 Páginas) • 351 Visitas
Por ejemplo, la discriminación.
Nuestras actitudes vinculan nuestro aparato psíquico con el mundo en el que vivimos, que se configuran a partir de nuestra experiencia en el mundo y que orientan nuestro comportamiento en él. Las actitudes hacia la discapacidad pueden ser positivas, negativas o indiferentes. Para entenderlas, hay que evaluar el marco cognitivo general a partir del cual surgen en términos de la cultura de la que formamos parte. Dicha cultura adquiere sus rasgos distintivos con la emergencia del empirismo científico y la implantación del racionalismo ilustrado.
Tenemos un contexto cultural condicionante de la modulación de nuestras actitudes, regido por los principios de la racionalidad empírica, el individualismo, el egoísmo y la promoción de la competencia y la maximización del beneficio. Ahí está la matriz a partir de la cual analizar las actitudes.
¿Y cuáles son esas actitudes?
La mayoría de la gente lo que impera es la indiferencia, fruto del desconocimiento de lo que es la discapacidad. Esa ausencia de referencias cognitivas, vendrán marcadas por la que, todavía hoy, es la visión imperante. La misma está fundamentada en lo que podemos llamar un modelo médico-rehabilitador: se entiende que es la consecuencia de un “defecto”, una carencia, que padece una persona en virtud de su constitución biológica asociada con ENFERMEDAD. Esto genera rechazo, evitación, incomodidad, puesto que a todo no nos gusta la discapacidad porque no nos gusta estar enfermos; porque hemos asumido que eso es algo “malo”. (Lo cual es un importante error de apreciación puesto que la enfermedad formará parte de la experiencia vital de toda persona en algún momento dado de su existencia y tendrá que aceptarla como parte de sí cuando le toque en suerte). En este caso, la componente cognitiva de las actitudes ya no será médico-científica, sino religioso-teológica. La persona habría recibido en suerte ese destino desgraciado por cuestión de alguna culpa que se le puede asignar (no sabemos cuál, no importa: es Dios quien lo decidió y por tanto ha sido una decisión acertada).
En el mundo en el que vivimos, las actitudes hacia la discapacidad se gestan en una combinación de estas dos matrices cognitivo-afectivas.
Éstas provienen, sobre todo, de la toma de conciencia por parte de las propias personas con discapacidad de que su situación efectiva como tales no es la consecuencia, ni de un defecto fisiológico ni de un designio divino, sino de unas estructuras sociales que las excluyen y las condenan a la exclusión social. La toma de conciencia de que son un colectivo que sufre la OPRESIÓN SOCIAL. La componente afectiva asociada a esta interpretación es reactiva frente a los contextos, la incomprensión generalizada y la falta de sensibilidad y responsabilización colectiva. Cara a las personas con discapacidad implica una conducta orientada a la movilización, la reivindicación de derechos, la lucha contra la opresión.
Para cambiar las actitudes negativas o indiferentes hemos de actuar sobre las causas que las propician.
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