El Feminismo Y El Posmodernismo
Enviado por mabdig • 28 de Septiembre de 2013 • 3.317 Palabras (14 Páginas) • 374 Visitas
Tema “El Feminismo y el posmodernismo”
Breve Historia del Feminismo.
¿Que entendemos por feminismo? Siguiendo a Castells, se entiende por feminismo “todas aquellas personas y grupos, reflexiones y actuaciones orientadas a acabar con la subordinación, desigualdad y opresión de las mujeres causadas por las estructuras patriarcales imperantes y lograr, por tanto, su emancipación y la constitución de una sociedad en la que ya no tenga cabida las discriminaciones por razón de sexo o género”.
Considerado el sexo débil, la mujer ha intentado abrirse camino a lo largo de los años, si bien su lucha por intentar obtener un lugar en la sociedad se remontan a finales del siglo XIII, cuando Guillermine de Bhoemia planteo crear una iglesia de mujeres, los frutos del movimiento feminista son muy posteriores.
Se considera que el mismo se resuelve como tal a mediados del siglo XIX cuando la lucha de la mujer comienza a tener finalidades precisas a partir de la revolución Francesa ya que la misma presento grandes contradicciones a la hora de avalar a las mujeres, es decir que los principios jurídicos de la revolución no afectaron a las mujeres a pesar de haber sido casi el cincuenta por ciento de la población que participo en ella para obtener la igualdad jurídica, libertades y derechos políticos de todos los hombres, marcando una gran contradicción para el sexo femenino, dando inicio de este modo a las primeras luchas del movimiento protagonizado por mujeres de todas las clases sociales de la época.
Si bien las demanda principales fueron el derecho al sufragio, a partir del cual esperaban lograr las demás conquistas, como el acceso a la educación semejante a la de los hombres para de esta manera desarrollar su propia independencia económica accediendo a actividades remuneradas, la Revolución Francesa supuso una gran derrota para la lucha feminista, en la nueva organización política que surgió, las mujeres fueron dejadas nuevamente de lado. Los Derechos del Hombre y el Ciudadano se referían literalmente a los derechos de los varones, por lo cual las mujeres fueron excluidas de los derechos y de la ciudadanía y seguían siendo tratadas como menores de edad. Muchas de las que se atrevieron a protestar públicamente, lo pagaron con su vida, ya que en 1794 se prohibió explícitamente la presencia de las mujeres en cualquier actividad política, guillotinando y mandando al exilio a las que habían sobresalido en su participación.
La revolución industrial, no representa una variable distinta al de la revolución francesa, incluso hace que el rol de la mujer tanto como esposa y madre quede aun más marginada que antes. Las tareas domesticas realizadas por las mujeres son consideradas no productivas al no generar beneficios económicos, la mujer concibe el desprestigio de las labores artesanal, comercial y agrícola antes compartidas con el hombre, coincidiendo dicha degradación de la mujer con la destrucción del clan comunitario y su sustitución por la sociedad clasista y sus instituciones: la familia patriarcal, el estado y la propiedad privada.
Las mujeres del proletariado no corrían la misma suerte que las de la clase social burguesa, las primeras en el nuevo sistema económico capitalista fueron incorporadas al trabajo industrial, las segundas quedaron enclaustradas en el hogar sin reconocimiento, convirtiéndose en el objeto legal del marido, en el caso de no contraer matrimonio a la suerte de caer en pobreza por no tener sustento económico y por ende a la marginación de la educación.
Es en este contexto de sumisión, es que las mujeres comienzan a organizarse en torno a la reivindicación del derecho al sufragio, dando lugar al llamado primer feminismo. La participación de muchas de ellas en grupos antiesclavistas da aún mas fervor a su lucha, advirtiendo estas que su posición en la sociedad patriarcal, no se diferenciaba mucho de las luchas a las cuales estaban incorporadas. Se produce una fuerte reacción frente al Código Napoleón, que declaraba a la mujer incapaz, legalmente sometida a la tutela del padre, el hermano o el esposo. En Inglaterra, Lidia Becker fundó el Diario del Sufragio Femenino; en Francia, Olimpia Andouard, Noemí Reclus y otras más conformaron clubes y periódicos feministas que dieron mayor intensidad a los movimientos feministas incipientes
Denominadas las sufragistas porque luchaban en forma preponderante por el voto, fueron apoyadas por filósofos del sexo masculino, tales como Poulain de la Barre, Jhon Stuart Mill, en muchas de estas movilizaciones. Si bien Mill diputado por le partido liberal, en 1866 solicito en el parlamento ingles el derecho al voto femenino sin éxito, en 1869 publicó su libro La sujeción de la mujer, para reforzar teóricamente su posición. Sin embargo, tendría que pasar la Primera Guerra Mundial y llegar el año 1928 para que las mujeres inglesas fueran las primeras en conseguir el voto en igualdad de condiciones.
A mediados del siglo XIX comienza a imponerse en el movimiento obrero el socialismo marxista, que artículo la llamada cuestión femenina y ofreció una explicación del origen de la opresión de las mujeres y una nueva estrategia para su emancipación, la cual estaba estrechamente ligada con el retorno a la producción y a la independencia económica.
Durante el siglo XX, el estallido de la primera guerra mundial, ocasionó la demanda de mano de obra para todo aquel que pudiese trabajar, y la mujer estaba dispuesta a ello.
Es así que las mujeres se incorporaron a las fábricas y asumieron roles hasta entonces designados exclusivamente a los hombres, esto incluyó ciertos trabajos de oficina que sólo un pequeño número de mujeres había llevado a cabo con anterioridad, cobrando de este modo la causa feminista mayores alcances.
Sin darse cuenta, los obreros que expresaban su preocupación por el empleo que se le daba a la mujer con menor salario disminuyendo su propio salario, colaboraron con la causa feminista, comenzando a exigir una ley de igualdad salarial. Es así que en julio 1915, el gobierno francés aprobó una ley que establecía el salario mínimo para las mujeres que trabajaban en la industria textil en el sector de uniformes militares. A partir de 1917, a su vez se decreta que tanto los hombres como las mujeres debían recibir la remuneración por pieza trabajada, aunque esta situación era inestable ya que las mujeres no habían logrado una seguridad real en la fuerza de trabajo, debido a su carácter no temporal.
…El que se atribuyan características dicotómicas a cada uno de los sexos, tal vez no sería tan grave si las características con las que se define a uno y otro sexo no gozaran de distinto valor, no legitimaran la subordinación
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