El Hombre más Rico De Babilonia

“El hombre más rico de Babilonia”.

El hombre más rico de babilonia narra diferentes historias en las cuales sus protagonistas tuvieron pérdidas financieras por no llevar la administración de su dinero, pero en algún momento conocieron varias técnicas y leyes que les permitió a cada uno tener éxito y a su vez lograron estabilizarse nuevamente y obtener un número considerable de monedas gracias a su nueva administración.

Capítulo 1 : El hombre que deseaba Oro

Narra la historia de Bansir, un fabricante de autos, el cual tenía un problema económico y no hallaba ninguna solución, en eso llegó Kobi y le platicó que se había encontrado con su viejo amigo Arkad el cual paseaba en su hermoso auto dorado y actualmente era el hombre más rico de todo babilonia. Después de la plática decidieron ir a buscar a Arkad para hacerle preguntas de cómo podían conseguir utilidad para ellos mismos.

Capítulo 2: El hombre más rico de Babilonia

Aquí nos relata la historia Arkad el cual en la antigua Babilonia, era admirado en todo el mundo por su gran fortuna.

Él había encontrado un puesto de escriba en la sala de archivos el cual paso horas elaborando tablillas de barro y sin embargo nada le quedaba de lo que ganaba. Un día Alfamish un prestamista le encargo una copia de la novena ley y le dijo a Arkad que necesitaba la copia en dos días y si el trabajo está hecho a tiempo le daría dos monedas de cobre. De tal forma Arkad trabajó muy duro para terminar la ley pero al ser muy larga, no pudo terminarla a tiempo. Arkad le preguntó a Algamish cómo podía hacerse rico y a cambio del secreto trabajaría toda la noche en las tablillas. Al final logró terminar y el trato fue acordado, Algamish le dio las tres reglas de la gestión de la riqueza: Conseguir y conservar el dinero, pedir el consejo de hombres competentes y hacer que los beneficios trabajen para ti (viviendo con lo necesario, postergando los placeres, invertir con prudencia. Y éstas mismas las compartió con Banzir y Kobi, desde entonces ellos visitaron frecuentemente a Arkad para que les diera consejos.

Capítulo 3: Los siete medios de llenar una bolsa vacía.

Éste capítulo relata como el rey Sargón después de haber llegado de vencer a los elemitas, sus enemigos, solicitó a Arkad que instruyera a los hombres de babilonia demostrándole como hacerse ricos. Dos semanas más tarde, las cien personas que habían sido elegidas estaban en la gran sala del templo del conocimiento sentados en alfombras y reunidos en semicírculos Arkad llego y se sentó en un pequeño taburete, les mostró una manera sencilla de llenar sus bolsas. Cada día daba uno de los medios los cuales son los siguientes:

1) Comiencen a llenar su bolsa: Explicó que de los ingresos que ellos recibieran guardaran la décima parte (10%) y que no debían tocarlos.

2) Controlar sus gastos: Les mencionó que sus gastos siempre iban a crecer en proporción a sus ingresos a menos que se hiciera algo para evitarlo. “No hay que confundir los gastos necesarios con sus deseos”, les dijo. Hay que estudiar sus hábitos de vida para darse cuenta que muchas de sus necesidades básicas poder ser eliminadas. El objetivo del presupuesto es ayudar a aumentar su fortuna.

3) Hacer que su oro fructifique: Hacer producir cada moneda para que se parezca a la imagen de los rebaños en el campo y para que ayude a hacer de sus ingresos el manantial de la riqueza que alimentará constantemente su fortuna.

4) Proteger sus tesoros de cualquier pérdida: El cuarto día Arkad explicó que la mala suerte era un circulo brillante. “Quien posea oro se verá tentado en muchas ocasiones de invertir en cualquier proyecto atractivo”. El primer principio de la inversión consiste en asegurar su capital. No se debe confiar demasiado en nuestra inteligencia y no hay que exponer nuestros tesoros a posibles trampas de inversión. Para invertir es necesario pedir consejo a personas que tienen experiencia en la gestión rentable del oro.

5). Hacer que tu propiedad sea una inversión rentable: Arkad mencionó que si un hombre reserva una novena parte de las ganancias que le permiten vivir y disfrutar de la vida, y si una de estas nueve partes puede convertirse en una inversión rentable sin perjudicarle, entonces sus tesoros crecerán con mayor rapidez.

6). Asegure para el futuro: Mencionó que el hombre es quien debe prever ingresos adecuados para su vejez y quien debe preparar a su familia para el tiempo en que ya no este con ellos, para reconfortarlos y satisfacer sus necesidades.

7). Aumentar la habilidad para adquirir bienes: Es necesario mejorar las capacidades del hombre que quiere adquirir más bienes. A medida que un hombre se perfecciona en su oficio, su remuneración aumenta.

Capítulo 4: La diosa de la fortuna.

Relata los comentarios que hacían diferentes hombres los cuales debatían el por qué de la suerte, a lo cual Arkad compartió que para atraer la suerte, es preciso aprovechar de inmediato, esforzarse en sacar el máximo partido posible de las ocasiones que se presenten. La suerte toma a menudo la forma de una oportunidad pero pocas veces nos viene de otro modo. A los hombres de acción les sonríe la diosa de la fortuna.

Capítulo 5: Las cinco leyes del otro.

Narra la historia de Nomasir, hijo de Arkad. Arkad le expresó a su hijo el deseo de que heredará sus bienes, pero antes debía demostrar que era capaz de administrar los bienes con sabiduría. El padre le pidió a Nomasir que recorriera el mundo y que demostrará su capacidad para conseguir oro y de hacerse respetar por los hombres. Arkad compartió dos cosas con su hijo:

1. Le dio un saco con oro. Le dijo que si lo utilizaba con sabiduría, construiría las bases de un futuro exitoso.

2. Le dio una tablilla de arcilla donde estaban grabadas las cinco leyes de otro. Le dijo que solo sería eficaz y seguro si las ponía en práctica en sus propios actos.

Así Nomasir partió para vivir sus propias experiencias llevándose consigo el saco de otro, la tablilla cuidadosamente envuelta en seda, su esclavo y caballo sobre los que montaron. Los diez años pasaron muy rápido al final

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