El Maestro De Formación Cristiana
Enviado por jhennymontoya • 9 de Julio de 2014 • 293 Palabras (2 Páginas) • 470 Visitas
EL MAESTRO DE FORMACION CRISTIANA
Sin duda alguna, muchos de nosotros desearíamos encontrar la fórmula mágica para ser identificados como maestros, como buenos maestros, o mejor aún que nos señalen como maestros excelentes de formación cristiana.
¿Pero qué debo hacer para ganar tal merito?
Durante muchos años, siglos tal vez; se han inventado un sin número de estrategias que contribuyen de alguna manera a la formación de buenos maestros; que nos capacitan y que hacen de nuestra práctica pedagógica una experiencia enriquecedora.
Pero la tarea no termina ahí, más allá de instruir, de impartir conocimientos, de formar niños y niñas capaces de aprender y recitar sus lecciones, necesitamos una retrospectiva de nuestra labor e indagarnos:
¿Hasta dónde he tenido la capacidad de dejar huella en mis alumnos de manera favorable para toda su vida? Tarea difícil, pero es nuestra labor comenzar a sembrar en esta tierra fértil que son nuestros niños. Se trata pues de conocerlos, animarlos, hacerlos nuestros amigos, darles la importancia que se merecen, aprender de ellos y creer en ellos.
Estamos llamados a transformar no solo la metodología en la clase; ¡vaya! esta sí que es importante; también es necesario despertar el espíritu creativo, innovador, alegre, dispuesto que llevamos dentro. Pero esto no lo es todo. Se trata pues de transformar nuestra propia vida de manera favorable y esto implica asumir mi labor no tanto como una profesión sino como una vocación; donde debo corresponder a un llamado que requiere de una formación constante, de una entrega desinteresada, de llenarme de amor para dar amor, de ser ejemplo de vida cristiana.
El maestro de formación cristiana debe estar dispuesto a aprender siempre un poco más, de trazarse objetivos, metas y propósitos que le ayudarán siempre a crecer de manera integral como persona.
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