El Otoño Del Patriarca

Podría escribir sobre cualquiera de los libros que ha escrito Gabriel García Márquez, no solo porque me los he leído todos, sino también porque alucino con este autor.

Cada uno de sus libros me ha embrujado, hipnotizado, cautivado. Su realismo mágico donde él mismo es el “mago”. Cada uno de sus libros me produce esa sensación increíble de “Podrá ser cierto esto……”, “Podrá existir este lugar……”, “Le podrán haber pasado realmente estas cosas……”. Y es que eso lo produce su enorme talento para cautivar y para hechizar, para mezclar fantasía y realidad, para mezclar fondo y forma; su enorme talento para mostrar la realidad Latinoamericana entremezclada con magia, y con magia Latinoamericana.

Y bueno, “El Otoño del Patriarca” no es la excepción. García Márquez nos presenta aquí al típico dictador Latinoamericano, concentrador del poder, nos lo presenta en la agonía de sus últimos días. Pero no es solo el tema central del libro lo que llama la atención, no es solo el hecho de que ahonda en cada detalle del dictador, de su personalidad, del entorno que lo rodea, de la suciedad de este entorno, de las mil y una señales que vaticinan su muerte y de la aplastante soledad en la que se encuentra; también llama la atención el como lo escribió, el como decidió narrar esta historia. El libro esta dividido en seis secciones, donde no hay diálogos ni puntuación y aunque parezca mentira, te mantiene atenta y cautivada en cada una de sus páginas. Y es porque esta historia tiene todo lo que mencionaba anteriormente, puedes oler los malos olores, puedes acongojarte por la soledad de la casa, puedes ver al dictador delirando y muriendo en vida, puedes percibir su demencia y su destrucción….. y te preguntas….¿acaso no será cierto todo esto?. En fin, si la historia de este dictador es real y tiene mas de realismo que de mágico, es indudable que lo mejor que le pudo pasar en su vida es que García Márquez escribiera su historia.

Inés Carbacho García

...