El Poder De La Palabra

EL PODER DE LA PALABRA, EL GESTO, LA MENTE.

Si hablamos del proceso de enseñanza-aprendizaje en términos productivos, significativos, también estaríamos hablando de medios y procesos comunicativos del mismo talante, así como las señales que se emiten de manera coherente, positiva, rica y llena de matices que permiten que la mente asimile y absorba no solo lo que se escucha, lo que ve, en ocasiones lo que intuye y como parte de un gran resultado del proceso enseñanza –aprendizaje haya un entendimiento.

Cabe aclarar que este entendimiento es claro, transparente digámoslo así no requiere de interpretaciones o por o menos unas mínimas, a pesar de realizarse decodificaciones que son importantes para el cerebro en estos procesos.

El lenguaje en todas sus dimensiones verbal, no verbal, expresivo, comprensivo, es uno de los elementos claves en esos procesos de asimilación, acomodación, construcción y producción del aprendizaje, sin dejar a un lado esa humanidad, esa emocionalidad que nos caracteriza es donde ser un buen emisor-receptor- emisor juega un papel fundamental saber escuchar, saber emitir un mensaje, tener la palabra adecuada para ser escuchada, valorada, ser respetuoso, amable, responsable, asertivo, amoroso consigo mismo y con el otro son la clave, el pilar de procesos comunicativos y de enseñanza-aprendizaje, para un ser humano productivo, creativo, asertivo, empático, comprensivo, compasivo, responsable, pleno, feliz, amoroso, un ser que es capaz de controlar sus emociones que no se deja afectar en su ego por los mensajes de cualquier calidad emitidas por el medio externo e interno, es un ser equilibrado.

Desafortunadamente hay aprendizajes –anclajes no positivos, significativos para el cerebro que se asimilan, arraigan en la mente de manera sorprendente y producen a corto o largo plazo seres humanos tristes, frustrados, infelices, incapacitados para vivir y dejar vivir en paz, en armonía. Por eso están vital un proceso comunicativo positivo, lleno de palabras, gestos, actitudes adecuadas y sobre todo llenas de amor.

Por eso es una misión de cada uno de nosotros como ser humano y mas como formador, reforzar, desarrollar, potencializar estas herramientas, habilidades, capacidades de comunicación asertiva, amorosa y equilibrada, uno para dar lo mejor al otro y dos no dejarnos afectar o minimizar los daños cuando nos emiten o recibimos en los procesos comunicativos y de enseñanza-aprendizaje emisiones negativas, no adecuadas, incorrectas.

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