El Poder De La Palabra
Enviado por Eugenio_vin • 17 de Mayo de 2013 • 495 Palabras (2 Páginas) • 564 Visitas
Universidad Santa María
Escuela de Comunicación Social
Cátedra Metodología de la investigación
Profesor Javier Pelucarte
La inteligencia
y la palabra
A la gente joven no le gusta leer, a pesar de la insistencia con que
seguimos recomendando, con muy poca convicción y sin pararnos a dar
razones. Intentaré librarme de esa pereza y comenzar por el principio.
¿Por qué es tan importante leer? Para divertirme, tengo las películas y la
televisión. Para conseguir información, los videos o los multimedia. Todo el
mundo sabe que una imagen vale más que mil palabras. Entonces ¿Por
qué gastar tiempo leyendo libros, que es una actividad lenta, poco efectiva
y, si me apuran, anticuada? ¿No será uno de esos consejos que se repiten
por inercia y que conviene dejar que entre por un oído y salgan por el otro?
Pues no, la lectura no es importante porque divierta, ni porque nos
transmita información, sino por algo más trascendental: porque la
inteligencia humana es una inteligencia lingüística. Sólo gracias al lenguaje
podemos desarrollarla, comprender el mundo, inventar grandes cosas,
convivir, aclarar nuestros sentimientos, resolver nuestros problemas,
hacer planes. Una inteligencia llena de imágenes y vacía de palabras es
una inteligencia mínima, tosca y casi inútil. No es verdad que una imagen
valga más que mil palabras. Necesitamos decirnos a nosotros mismos mil
palabras para conseguir ver perfectamente una imagen. Para que nuestra
inteligencia sea viva, flexible, perspicaz, divertida, racional, convincente,
necesitamos, en primer lugar, saber muchas palabras. No se trata de un
adorno, sino de algo más importante. Cada vocablo es una herramienta
para analizar la realidad. Por ejemplo, el vocablo sentimental nos permite
aclarar lo que sentimos. En él está sedimentado el saber de nuestros
antepasados, las diferencias que han descubierto. Ser miedoso no es lo
mismo que ser cobarde. Sentir celos no es lo mismo que amar. Ser listo no
es lo mismo que ser inteligente. Podemos pasarnos de listos, pero nunca
nos pasaremos de inteligentes.
La lectura nos parece más lenta que la imagen porque en la imagen
lo vemos todo de golpe, mientras que el lenguaje está expuesto en líneas.
Pero es precisamente al poner en líneas lo que vemos en bloque cuando
la inteligencia se desarrolla, porque entonces puede explicar las cosas, es
capaz de razonar, de decidir justamente, de elaborar planes. Aquí está la
gran utilidad de la lectura, que nos enseña a explicar y a explicarnos lo
que somos, lo que sentimos, lo que nos está pasando, lo que nos gustaría
que sucediera. Las personalidades incapaces de hacerlo son inarticuladas,
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