El Poder De La Palabra

EL PODER DE LA PALABRA

¿Por qué las palabras han tenido tanta influencia en la antigüedad y ahora en nuestro tiempo?

Las palabras desde la antigüedad ha sido un arma mortal, ya que por medio de los diálogos se formaban discusiones, revoluciones, etc., que desembocaban en peleas o hasta guerras.

Las palabras tienen el poder del convencimiento, influyen grandemente, pues de acuerdo como las utilicemos podemos herir o sanar a las demás personas; las palabras son un reflejo de nuestro mundo interior.

“Los antiguos esenios sabían de la existencia de un enorme poder contenido en la oración, el verbo y la palabra. Los antiguos alfabetos, como el sánscrito, el arameo y el lenguaje hebreo son fuentes de poder en sí mismos. Los esenios utilizaron la energía que canaliza el lenguaje - la cual era la manifestación final del pensamiento, la emoción y el sentimiento - para manifestar en la realidad la calidad de vida que deseaban experimentar en este mundo.” (Hunter, 2009)

Mediante la palabra podemos influir en los actos de otras personas, un ejemplo claro seria en la política. La palabra en este campo político es muy importante ya que se le llega a la gente con discursos y promesas, puede hacer que nos aumente o perdamos votantes a favor. Mediante las palabras podemos evitar guerras con solo dialogar.

“Las palabras para el hombre oral eran poderosas, estas podían herir como flecha o lanza, se pensaba en ellas como eventos, como en algo verídico que sucedía, se creía en dicho poder, simplemente porque las palabras venían de hombres libres e impredecibles y tenían impreso ese potencial impredecible. Para muchos después de Gutemberg las palabras reposaban pasivamente sobre hojas y páginas, esperando a que alguien les diera vida y realidad.” (Lizcano, 2008)

Es importante poner en claro, que debemos pensar antes de expresarnos con palabras a las personas que nos rodean, pues muchas veces no nos damos cuenta de lo que dijimos y las consecuencias y repercusiones que generamos con lo que decimos. “Si cada uno de nosotros estuviésemos conscientes de que la energía liberada en cada palabra afecta no sólo a quien se la dirigimos sino también a nosotros mismos y al mundo que nos rodea, comenzaríamos a cuidar más lo que decimos.”(Hunter, 2009)

Debemos reflexionar sobre lo que decimos, pues a veces con ira atacamos con palabras indebidas a familiares y seres queridos. Debemos escuchar más y hablar menos.

“Sin duda alguna a diario atropellamos y somos atropellados por las palabras, esas mismas que vienen de hombres libres e impredecibles, y que se presentan ante nosotros como realidad y verdad. Y aunque ya no se dé ni la mitad del crédito del que gozaba antes, éstas nunca pueden pasar inadvertidas. No dejarán de hacerlo aunque por años nos sigamos preguntando ¿Por qué seguimos utilizando mal la palabra?” (Lizcano, 2008)

En la edición virtual del periódico Portafolio (2012) dice: “Tratemos de construir al hablar y no destruir. Uno de los secretos de la comunicación está en el preguntar cuando hablamos con otro ser humano. Por eso siempre se debe confirmar si los demás están recibiendo el mensaje tal y como se transmite. A veces preguntamos: ¿entendiste? y la otra persona responde: si, eso no es suficiente, preguntémosle qué escuchó y verifiquemos si es o no lo que queríamos

...