El Precio Del éxito

El éxito de un producto está dado por el grado en que satisface las necesidades y deseos de sus consumidores. Sin embargo existen variables adicionales como la competencia, la legalidad, la rentabilidad financiera y la ética profesional que condicionan el direccionamiento estratégico y plantean retos para los gestores de dicho producto.

Partiendo de lo anterior, se sabe de muchas personas que alcanzan el éxito a costa de lo imposible. Pero ¿qué es el éxito sino una palabra?, ¿no es el éxito el grado en que se alcanza o se supera lo esperado? Una persona puede considerarse exitosa porque a sus30 años recibióel título de técnico en Gestión Administrativa y obtuvo un empleo en una empresa reconocida; aunque comparado con un joven empresario egresado de Administración de empresas y estudiante de una maestría puede verse opacado; pero dentro de las posibilidades que le brindó el entorno, el logro de la primera persona le hace ser exitosa entre sus familiares y amigos ya que alcanzó lo que para muchos es simplemente un anhelo.

Sin embargo frente a la sociedad el éxito pertenece al joven empresario y es admirado porque a su corta edad ha logrado construir un rentable negocio y adelanta estudios de posgrado. Pero ¿qué se diría si se supiera que ese joven exitoso ganó la mayor parte de sus notas altas mediante el fraude en sus evaluaciones semestrales? ¿Y si se supiera que ese negocio tan rentable y bien concebido no fue fruto de su genialidad sino de su astucia al plagiarle el proyecto a un compañero de la universidad? Posiblemente muchos se escandalizarían pero continuarían accediendo a los servicios y/o productos de dicho negocio porque son accesibles, necesarios y de calidad. Y aunque un poco desprestigiado, el joven seguiría siendo administrador titulado y exitoso empresario; casi igual que si no se supiera.

Esto es lo que yo he visto de la historia de dos gigantes de la informática narrada en una buena película. La viabilidad de un proyecto productivo suele estar dada por la rentabilidad que genere dada su aceptación en el mercado.

Si existe competencia, se le desprestigia o se le supera; si no hay necesidad del nuevo producto, se crea, se incita a desearlo; si tengo la idea pero no sé cómo desarrollarla, consigo alguien que sepa hacerlo y le pago por ello (bien o mal); y si no tengo ideas, las copio de alguien que las tenga y no cuente con la posibilidad de convertirlas en realidad. Éste parece ser un buen resumen de lo que describe “Piratas de Silicon Valley”. Es de ésta manera como Bill Gates y Steve Jobs sacaron adelante sus productos, sus nombres y paralelamente sus marcas.

Así pues, yo diría que la reflexión no está en torno a la viabilidad de hacer lo necesario para garantizar el éxito de un producto, porque si se logra el éxito de dicho producto entonces habrá sido viable; sino más bien qué tan ético sería hacer lo que fuese para obtener ese éxito

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