El Profesorado Investigador Como Profesional Reflexivo Y Crítico.
Enviado por vikingocozumel • 19 de Agosto de 2011 • 440 Palabras (2 Páginas) • 1.497 Visitas
El concepto de profesor como profesional reflexivo es un concepto hoy día emergente,
aunque podamos encontrar raíces en Dewey, quien ya establecía una diferencia entre «acción reflexiva» y «acción rutinaria». La idea de una cultura profesional reflexiva en el profesorado supone una reconceptualización de la enseñanza, de la práctica educativa y, por supuesto. de la formación. La idea de práctica que subyace en este planteamiento es innovadora y sugerente. Desde esta perspectiva, la práctica educativa
se concibe básicamente como un proceso de reflexión, de análisis, de indagación y de mejora a través de la autoevaluación, lo que nos viene a decir que, en el centro,
desde esa práctica, aparece la reflexión y la autoevaluación aplicada a la propia acción docente. Es decir, la enseñanza se establece como un «discurso práctico» y el profesorado asume una cultura profesional de enfrentarse a «dilemas prácticos» de su experiencia profesional. de la que extrae conclusiones mediante la autoevaluación individual y colectiva.
Pero como dice Popkewitz (1990), no basta con afirmar que los profesores deben ser reflexivos y disfrutar de un grado mayor de autonomía. Es necesario establecer tradiciones
de pensamiento y reflexión que fundamenten tales declaraciones. Y he aquí una gran dificultad en la profesión docente.
El profesorado, para asumir esa tradición o cultura reflexiva, debería capacitarse para analizar los fundamentos de su acción y las consecuencias que genera en los alumnos (autoevaluación) para realizar mejoras (reflexión e indagación). Como señala Oberg (1984), los profesores serán mejores profesionales en tanto en cuanto sean más conscientes de su práctica y más reflexionen sobre sus intervenciones. Pérez Gómez
(1990) escribe al respecto que «el profesor debe entenderse como un intelectual que actúa a la manera de un artista o un clínico en el aula, que utiliza el conocimiento científico para comprender los términos de la situación en el aula, de los grupos, de los individuos, así como para diseñar y construir estrategias flexibles, adaptadas a cada momento, cuya eficacia y bondad experimenta y evalúa [...], compleja tarea profesional
que se apoya en la capacidad de investigación diagnóstica, diseño flexible, experimentación
creadora y evaluación reflexiva del propio profesor». El mismo autor (Pérez, 1988) nos expone también las acciones del profesor a quien él llama reflexivo-artístico.
Este autor advierte que la reflexión no es meramente un proceso psicológico individual
que pueda ser estudiado desde esquemas formales, independientes del contenido,
el contexto y las interacciones; la reflexión implica la inmersión consciente en el mundo de la experiencia, un mundo cargado de connotaciones, valores, intercambios simbólicos, correspondencias afectivas, intereses sociales
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