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El Viaje De Niño


Enviado por   •  8 de Octubre de 2013  •  855 Palabras (4 Páginas)  •  267 Visitas

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EL VIAJE DE NINO

Aquel día Nino estaba muy nervioso. El alcalde del pueblo, que era muy goloso, había anunciado que daría un premio a quien presentara los dulces más ricos. Nino quería ganar, pero no sabía cómo. Sin embargo, los pasteles de su pueblo eran tan malos que estaba seguro de que podría conseguirlos mejores.

La bruja Casilda, que iba montada en su escoba, estuvo a punto de atropellarlo.

- ¡Eh, niño! ¿No has visto que he dado el intermitente para girar a la izquierda? – le gritó, asustada.

- No, señora; no la he visto. Como su moto es tan rara.... – contestó el niño

No es una moto, tonto. Es una escoba de carreras – le explicó Casilda, amablemente.

-¿Una escoba? ¡Ah, sí! – dijo Nino, mirándola con atención.

-Te veo muy distraído. Dime, ¿en qué estás pensando?

Nino le contó su problema y Casilda decidió ayudarle.

Los bollos más sabrosos estaban en el país de Masallá, al otro lado del mar. Para que Nino pudiera ir, la bruja le ayudó a construir un avión, que en pocos días estuvo terminado.

-Pero..., si no vuela – dijo Nino.

-Es que le falta un toque mágico. Así, ¿ves? ¡Flis, flas! El avión empezó a moverse solo y el chiquillo salió corriendo detrás.

-¡Eh, espera! ¡Que tengo que subir yo!

De un salto, se subió al avión. Al poco rato pasó volando por encima de los tejados. ¡Qué susto se llevaron los habitantes del pueblo! A una señora se le pusieron los pelos de punta.

A un viejo cuervo lo dejó temblando de miedo. -¡Qué juventud tan loca! ¡En mis tiempos, los niños estaban en la escuela y no volaban ni molestaban a la gente seria – graznó el cuervo.

-Perdón, señor cuervo. No le había visto – dijo Nino, y siguió volando y volando.

Viajó mucho y, como ya estaba cansado, preguntó a unos patos que pasaban a su lado:

-¡Eh, amigos!, ¿sabéis dónde está el país de Masallá?

-No lo sabemos. Somos turistas – respondieron, sin hacerle demasiado caso.

Nino llego a un pueblo grande, que, desde arriba, se veía muy pequeñito.

Preguntó a una cigüeña: -Señora, ¿podría decirme sé éste es el país de Masallá?

-¡Cómo va a ser éste el país de más allá! ¡Será el país de más acá! – respondió la cigüeña riéndose.

Nino siguió volando hasta que encontró una nube con varias señales indicadoras, que decían: Al país de ahí; al país de aquí; al país de más acá; al país de más allá.

-Vaya, por fin lo he encontrado – pensó Nino.

Era una ciudad encantada. Desde lejos ya se podía sentir el olor a pasteles y dulces. A Nino se le hacía la boca agua. ¡Tenía tanta hambre!

¡Cuántas pastelerías se veían desde arriba! Tendría pasteles rellenos de nata, de chocolate, de merengue...

Aterrizo como

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