El cuaderno de los alumnos y la técnica del interrogatorio, como instrumento de evaluación

El cuaderno de los alumnos y la técnica del interrogatorio, como instrumento de evaluación.

“La evaluación para el aprendizaje de los alumnos permite valorar el nivel de desempeño y el logro de los aprendizajes esperados; además, identifica los apoyos necesarios para analizar las causas de los aprendizajes no logrados y tomar decisiones de manera oportuna. En este sentido, la evaluación en el contexto del enfoque formativo requiere recolectar, sistematizar y analizar la información obtenida de diversas fuentes, con el fin de mejorar el aprendizaje de los alumnos y la intervención docente”. ^[1]

Dicha evaluación se puede llevar a cabo mediante el uso de diversas técnicas o instrumentos  de evaluación; las cuales permiten valorar los conocimientos, habilidades, actitudes o valores que desarrolla el alumno durante el proceso de aprendizaje. El docente debe estructurar el plan de clases tomando en cuenta los aprendizajes esperados, las competencias, los indicadores (aspectos a evaluar), entre otros aspectos y de esta manera, le permitirá valorar el proceso de aprendizaje para traducirlo en nivel de desempeño.

De acuerdo a la experiencia, se puede comprender que la evaluación con enfoque formativo permite el desarrollo de las habilidades de reflexión, observación, análisis, el pensamiento crítico y la capacidad para resolver problemas; por ello la necesidad de implementar estrategias, técnicas e instrumentos de evaluación.

La técnica del interrogatorio es un instrumento que nos apoya para hacer una exploración más detallada de los avances y el desarrollo de cada alumno en los aprendizajes esperados, se debe tener un conocimiento amplio sobre el tema, para estructurar las preguntas que se realizarán a los alumnos, éstas deben ser claras, precisas y redactadas de manera que interese y estimule al alumno a la integración de las actividades, ya que de no ser así podrían presentarse factores que afecten el avance  en el desarrollo de las actividades de los alumnos.

La formulación y el orden de las preguntas deben propiciar que los alumnos comprendan, y a su vez, propongan ideas que fortalezcan sus habilidades cognitivas, así como el desarrollo de las competencias. Ésta técnica se puede implementar mediante preguntas abiertas que permiten el análisis, la reflexión y el desarrollo de procesos cognitivos. Debemos estructurar de manera adecuada las preguntas para que el estudiante pueda proponer situaciones tentativas (asertivas) o diversas alternativas. Hay que reconocer que esa serie de preguntas son de gran motivación al alumno en los procesos de enseñanza-aprendizaje.

Otro instrumento de evaluación que permite valorar los aprendizajes adquiridos por el alumno es el cuaderno de actividades, éste nos permite conocer el estándar del desempeño en las actividades realizadas en clase. Para el docente es de gran importancia contar con evidencias (productos obtenidos) reflejadas en el cuaderno del alumno que respalden el avance programático de las asignaturas, mediante un registro real.

“La ejercitación del cuaderno como práctica pedagógica es de carácter intencional, intensivo, sistemático y pautado. Estas condiciones convierten a la ejercitación en una acción eminentemente académica científica y en una unidad de referencia que da cuenta de varios aspectos del proceso de enseñanza- aprendizaje. (…) Para construir una tarea debe tenerse en cuenta la naturaleza del aprendizaje trabajado, los procesos de conocimiento que promueve, si son tareas abiertas o rutinarias y repetitivas, las condiciones de su ejecución (individual o grupal), la inclusión de ayudas en las consignas, el peso valorativo que el docente ofrece a cada área curricular y la evaluación ofrecida a los alumnos”.^[2]

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