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El equilibrio del mercado de divisas con sustituibilidad imperfecta de activos


Enviado por   •  3 de Agosto de 2016  •  Trabajo  •  2.019 Palabras (9 Páginas)  •  753 Visitas

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El equilibrio del mercado de divisas con sustituibilidad imperfecta de activos

El factor riesgo hace que los activos en moneda nacional y en moneda extranjera no sean perfectamente sustitutivos. El modelo del mercado de divisa introduce una prima de riesgo, que permite distinguir entre la tasa de rentabilidad de los activos nacionales y la de los activos extranjeros.

La demanda

 Puesto que los particulares rechazan las situaciones de riesgo, en las que sus fortunas pueden variar de forma importante de la noche a la mañana, toman sus decisiones sobre la composición de su cartera de valores considerando tanto el riesgo contraído como la rentabilidad esperada que ofrece.

Resumimos este supuesto expresando la demanda de bonos en moneda nacional de un particular i-ésimo, Bn i , como una función creciente de la diferencia de la tasa de rentabilidad entre los bonos en moneda nacional y extranjera.

Bn i= Bn i[R - R*-(Ee -E)/E]

La oferta

 Puesto que estamos interpretando Bn como la demanda neta del sector privado de bonos en moneda nacional, la oferta adecuada para definir el equilibrio del mercado es la oferta neta de bonos en moneda nacional a los particulares, es decir, la oferta de bonos que no forman parte del pasivo de ningún agente privado. La oferta neta, por tanto, es igual al valor de los bonos en moneda nacional del Gobierno en manos del público, B, menos el valor de las tenencias de activos en moneda nacional del banco central, A:

Oferta: B-A

El equilibrio

 La prima de riesgo, o, viene determinada por la interacción de la oferta y la demanda. La prima de riesgo se define como: P= R-R* - (Ee -E)/E es decir, como la diferencia entre la rentabilidad esperada de los bonos nacionales y de los bonos extranjeros. Podemos, por tanto, escribir la demanda neta de bonos en moneda nacional del sector privado como una función creciente de P.

El sistema monetario internacional, 1870-1973

La interdependencia inherente a las economías abiertas ha hecho más difícil, en ocasiones, que los países consigan objetivos como el pleno empleo y la estabilidad de precios. Las relaciones de interdependencia dependen a su vez de los sistemas monetarios y de tipos de cambio adoptados (un conjunto de instituciones denominadas sistema monetario internacional). Este capítulo analiza cómo influyó el sistema monetario internacional en la política macroeconómica y en los resultados de tres periodos: la época del patrón oro (desde 1870 a 1914), el periodo de entreguerras (de 1918 a 1939) y el periodo tras la Segunda Guerra Mundial durante el que se fijaron los tipos de cambio según el sistema de Bretton Woods (de 1946 a 1973). En una economía abierta, la política macroeconómica tiene dos objetivos básicos, el equilibrio interno (pleno empleo y estabilidad de precios) y el equilibrio externo (evitar excesivos desequilibrios en los pagos internacionales).

Los objetivos de la política macroeconómica en una economía abierta

 En las economías abiertas, los que toman las decisiones de política económica están motivados por los objetivos de equilibrio interno y externo. Definidos de forma sencilla, el equilibrio interno requiere el pleno empleo de los recursos de un país y la estabilidad interna de los precios. El equilibrio externo se alcanza cuando la balanza por cuenta corriente de un país no presenta ni un déficit tan elevado que el país no sea capaz de hacer frente a sus deudas exteriores futuras, ni un superávit tan abultado que coloque a los extranjeros en esa misma situación. Sin embargo, los objetivos que comparten la mayoría de las autoridades económicas con independencia de su entorno económico concreto.

El equilibrio interno: el pleno empleo y la estabilidad de precios

 Cuando los recursos productivos de un país están plenamente empleados y su nivel de precios está estabilizado, el país se encuentra en equilibrio interno. Es evidente que se despilfarran y desaprovechan recursos cuando no están plenamente utilizados. Sin embargo, si la economía de un país está «recalentada» y los recursos están sobre empleados, también tiene lugar una mala utilización pero de diferente tipo (aunque probablemente menos nociva).

El desempleo y el sobre empleo también provocan movimientos del nivel de precios, que reducen la eficiencia de la economía al hacer que el valor real de la moneda sea menos seguro y, por ello, menos útil como guía para tomar decisiones económicas. Dado que los precios y salarios del país aumentan cuando las demandas de trabajo y de bienes superan los niveles de pleno empleo, y disminuyen en caso contrario, el país debe evitar alteraciones sustanciales de la demanda agregada respecto a la de pleno empleo, para mantener un nivel de precios estable y predecible.

Puede haber inflación o deflación, incluso en condiciones de pleno empleo, si las expectativas de los trabajadores y de las empresas sobre la política monetaria futura provocan una espiral de precios y salarios ascendente o descendente. Una consecuencia particularmente negativa de un nivel de precios inestable es que altera el valor real de los préstamos.

Para evitar la inestabilidad de los precios, por tanto, el Gobierno debe frenar las grandes fluctuaciones de la producción, que también son indeseables en sí mismas. Además, debe evitar la inflación o deflación sostenidas, vigilando que la oferta monetaria no crezca demasiado rápida o lentamente.

 El equilibrio externo: el nivel óptimo de la balanza

La noción de equilibrio externo es más difícil de definir que la del interno, porque no hay elementos de referencia como el «pleno empleo» o la «estabilidad de los precios» para aplicar a las transacciones externas de una economía. Que el comercio de una economía con el exterior cree problemas macroeconómicos depende de varios factores, entre los que se incluyen las circunstancias propias de esa economía, las del resto del mundo, y los acuerdos institucionales que gobiernan las relaciones con los demás países.

Podemos pensar en el desequilibrio de la balanza por cuenta corriente como otro ejemplo de cómo obtienen ganancias los países con el comercio exterior. El comercio a que nos referimos es el que hemos denominado comercio intertemporal, es decir, el intercambio de bienes de consumo a lo largo del tiempo.

Problemas de los déficits excesivos por cuenta corriente. Un déficit por cuenta corriente (que significa que la economía está tomando prestado del exterior) puede no suponer ningún problema si esos fondos se canalizan hacia proyectos de inversión nacionales capaces de pagar los préstamos gracias a su rendimiento futuro. Sin embargo, a veces, representan un elevado consumo presente transitorio, otras veces, los proyectos de inversión que utilizan recursos exteriores pueden estar mal planteados. Un déficit por cuenta corriente elevado puede minar la confianza de los inversores extranjeros y contribuir a una crisis de deuda.

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