El razonamiento de los abogados

CÓMO RAZONAN LOS ABOGADOS

La manera en que los abogados ordenan sus ideas y conceptos para llegar a la resolución de las distintas problemáticas con las cuales se enfrentan en la práctica de su profesión, ha generado en la sociedad la convicción de que tienen una forma particular de razonar, que cuentan con capacidades excepcionales que pocos consiguen desarrollar.

Dicha creencia se basa en el hecho de que tienen un talento natural para argumentar, tomar decisiones basadas en los hechos y las pruebas, y comprender el contexto general teniendo en cuenta que cada caso es un nuevo acertijo por resolver que debe ser visto desde una óptica distinta a la que se venía aplicando al caso anterior o simultáneo, que son independientes.

Los abogados deben crear un puente entre la lógica formal y la lógica dialéctica, ya que no sólo necesitan saber que tienen las bases suficientes para defender y atacar sino también cómo hacerlo de una manera clara y evidente. Ellos hacen uso del discurso y de las pruebas para manifestar la forma en que han logrado resolver los conflictos; tienen la habilidad de captar las raíces de las disputas.

No es sólo pensar de manera efectiva, racional o rigurosa; es cuestión de hacerlo teniendo la convicción de que va a surtir efecto; tal seguridad le brinda credibilidad al abogado, y es quizás esa certeza lo que genera la sensación de que han hecho un uso extraordinario de los mecanismos para llegar a la conclusión.

Adicionalmente, en vista de que el abogado se caracteriza por ser receptivo, intentando al máximo estar en disposición ante las distintas perspectivas y no se cerrarse ante una sola posibilidad; lo lleva a captar con mayor facilidad la realidad, ya que impide al máximo que sus creencias interfieran en su interpretación de lo que ocurrió, lo está pasando o posiblemente lo que pueda acontecer.

Vale la pena resaltar el roll que juega la lógica en el proceso de razonamiento, debido a que sirve como medio para elaborar bases argumentativas sólidas que le den la garantía al abogado de que va a haber una mínima posibilidad de ser refutadas, ocasionando entonces el fortalecimiento de la posición que él asume.

Igualmente, cuentan con la ventaja de tener casos previos en los cuales pueden basarse y que le brindan una panorámica más comprensible de los factores que están incidiendo en los casos. De alguna manera ese “historial” le proporciona la ventaja de saber cuáles podrían ser las posibles causas y consecuencias de las problemáticas. Así, Los abogados no tienen una manera de pensar vaga, no pretenden sacar conclusiones donde no hay conexiones reales.

El abogado cree en lo que va a argumentar, porque esa seguridad se refleja en lo que dice. Puede no poseer la verdad pero necesita que los demás la crean; su manera de razonar va más allá de captar ideas y establecer un vínculo entre ellas, se trata de manipular las partes para que se

encaminen a su favor y que a su paso no dejen duda alguna; el abogado interpreta, entiende y convence.

Ellos hacen uso de todas las herramientas que tienen, emplean el ingenio para hallar respuestas y evidencias, analizan de forma global, no se quedan con una única solución, ven detalles mínimos, calculan, crean estrategias…los abogados unen piezas sueltas.

Para lograr una verdadera justicia social, los abogados deben no sólo razonar en función directa con los principios, los axiomas, aquellos procedimientos o métodos

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