El sueño

Pesadillas

Laura se sentía tan confundida, no sabía qué demonios hacía en este pueblo a mitad de la calle y de noche, todo lo que recordaba era que se había ido de viaje junto con sus amigos y amigas, y que el mismo día en el que llegaron se fueron a una gran fiesta… Su último recuerdo era ese simple hecho… estar tomando, drogarse con sus amigos… Pero, en ese momento, su corazón estaba acelerado y sentía un pánico terrible sin saber el motivo.

El instinto de Laura le decía que corriera, que fuera a esconderse, no sabía ¿por qué? O ¿de quién? Pero ella comenzó a avanzar a paso a acelerado en línea recta, a veces se metía dentro de las calles sin reconocer ninguna en particular o alcanzar a ver a alguien por ellas, o lo hacía, hasta llegado un momento se sentó, sus pies no le respondían, ya casi era media noche,  intento acordarse porque estaba haciendo todo esto, no tenía ningún sentido, así que se puso a descansar para poder despejar su mente y regresar a su hotel, donde estaban sus amigos.

Pero después de un rato, alcanzo a ver a un hombre al fondo de la calle, caminando tranquilamente, con una sonrisa y una mirada que no supo descifrar, no sabía porque, pero no podía dejar de ver su rostro, tenía demasiado miedo  como para poder moverse, hasta que vio un chichillo en la mano de aquel hombre.

Laura creyó que después de pasar aquel rio, por fin había perdido a aquel hombre, ya no escuchaba sus pisadas detrás de ella, pero, no podía darse el lujo de dejar de caminar, desde que salió corriendo de la calle no había parado, sus pies le dolían a mas no poder, pero, su vida dependía de seguir caminando, de seguir huyendo.

Pensó que ya se había salvado, ya estaba amaneciendo y ya había dejado atrás a aquel hombre, ya no había de que preocuparse, hasta que su instinto le volvió a indicar que corriera, que corriera hasta que ya no pudiera, ella se espantó ante tal sentimiento, y cuando se preguntó que por qué le pasaba de nuevo, vio a aquel hombre acercándose de nueva cuenta a ella, caminando a gran velocidad, así que la persecución empezaba de nuevo.

Laura alcanzo a ver un pueblo y se dirigió hacia él, ya casi llegaba, solo tenía que terminar de cruzar el panteón, ya había dejado atrás a su perseguidor, ya no lo veía ni lo escuchaba. Por fin vio la puerta a unos metros, corrió hacia a ella, hasta que se percató que estaba cerrada por una reja, empezó a empujarla y a gritar por ayuda, hasta que oyó una voz a unos metros de ella.

-Nadie te va a salvar pequeña….

Había llegado el momento, estaba arrinconada y no podía huir, ella sola se había acorralado, maldijo  puerta que estaba abierta, pensó que sería una salida y no su muerte, aquel hombre entro riendo a carcajadas y con el cuchillo en alto, ella no podía hacer nada, no le quedaban fuerzas para luchar y no tenía hacia donde correr, supo que sería su fin, pensó en tantas cosas que no había hecho, en lo que no había aprovechado, en lo que ignoro a lo largo de su joven vida, ni la universidad acabaría, dejaría a su familia solos. Llego el momento, tenía al hombre en frente, ella alcanzaba a ver sus zapatos, mientras ella estaba en hurtadillas, llorando, suplicando para que la dejara en libertad. Cuando por fin alzo la vista para ver a su agresor, solo vio como el cuchillo iba en descenso hasta su cara, todo había acabado, sus sueños, sus deseos, sus logros, todo…

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