El valor de la práctica en el aula

Durante mi presencia en el salón de clases me sentía en un ambiente muy cómodo con los alumnos, siempre motivada a ser parte de una clase y de ayudar en lo que se necesitara trabajando en equipo con el personal docente y con los alumnos, realizando planeaciones y actividades donde los alumnos aprendan de nosotros y nosotros de ellos, así como también ayudándolos a experimentar nuevas cosas y aprender cada día algo nuevo.

Siempre que se planeaba una clase se pensaba en las necesidades de los alumnos, en que se andaba por un rango bajo y cuál era el alto, que es lo que más se necesitaba en cuanto a materiales y nuevas formas de llamar la atención y que el aprendizaje fuera algo más que información que deben almacenar; algo de lo que les guste y se diviertan a la hora de aprender.

Considero que mi entrega en el salón de clases fue buena, siempre estuve a la disposición de cualquier persona: maestros, directora, alumnos y padres de familia. Ayudaba a crear un ambiente donde se trabajara lo más tranquilo y felizmente, siempre remarcando el respeto por los demás y los valores que debemos de tener en todo momento.

El trabajar con niños a esta edad te hace ver el mundo de diferente manera, vez que los pequeños detalles que considerabas insignificantes ya no lo son y que ahora debes entregar más de lo que ya has entregado.

Para las siguientes prácticas ya no daré mi 100%, daré más de lo que tengo para que mis futuros alumnos aprendan y sean unos niños de bien, ayudarlos a formarse y estar para ellos cuando tengan un problema; también tendré un poco de más paciencia y ser más tolerante; a ser puntual en mi horario y respetar más a las personas que están conmigo; a seguir creando un ambiente educativo correcto.

Espero aprender más de las personas externas en un futuro y que me ayuden a ser mejor docente, a prepararme mejor, a corregir y aprender de los errores que se tenga.

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