Ensayo Zona Gris Primo Levy

ENSAYO LA ZONA GRIS DE PRIMO LEVY

En este relato primo levy describe algo a lo que llamó “la zona gris” a todos aquellos que estuvieron en aquella guerra nazy donde había víctimas y verdugos durante el holocausto nazi. Llamando a estos los hundidos y los salvados los hundidios son los muertos los salvados son los sobrevivientes A ellos pertenecían los kapos, los policías judíos de los guetos, los presos de confianza o que ocupaban cualquier puesto en el engranaje de los campos de la muerte en muchas ocasiones solo por un plato de sopa extra que les permitiera vivir un día más. Debemos este concepto -el de zona gris- a la capacidad analítica de Primo Levi. Él lo definió como el espacio que separa a las víctimas de los perseguidores, un lugar donde habían figuras torpes o patéticas, en todo caso seres humanos que sirven al poder totalitario con una disposición más o menos vigorosa, teñida de infinitos matices y motivaciones: terror, seducción ideológica, imitación servil, deseo de poder. Los habitantes de la zona gris en el País Vasco también reflejan esta variedad de tonos. Están entre ellos quienes simplemente tienen miedo a expresarse públicamente, La peculiaridad de Primo Levi, aquello que lo hace único, es que habla desde una posición, esto es lo principal de su testimonio, que no es la de la víctima. Siendo él mismo una víctima, no elige desempeñar ese rol. Describe, cuenta, hace una versión imparcial de su propia experiencia, científica, si se quiere y tal vez tenga que ver con su propia formación como químico profesional que era. No busca justificarse; trata de comprender. Y dice: hay que imaginarse al campo de concentración como un gigantesco laboratorio, donde un estudioso del comportamiento humano podría encontrar la puesta en obra de un experimento de lo más riguroso. Y propone: Enciérrese tras el alambrado a miles de personas de diferentes edades, de diferentes nacionalidades, diferentes costumbres, con diferentes lenguajes, y sométaselos a todos a idéntico régimen de vida por debajo de lo mínimo requerido para conservar su existencia, y hacerles cumplir órdenes apresuradamente, dadas en un idioma que a veces no era el suyo, en muchas ocasiones absurdas, definitivas por su acción u omisión brutal, en condiciones completamente desfavorables. Cuenta Levi, uno se encuentra en soledad dentro de esa lucha y tiene que preocuparse primero por sí. Esa es una de las enseñanzas de Auschwitz: hay que vivir, y es así, y es esto más: solo. Y sólo quien es capaz de conseguir algún extra, porque el reglamento del campo es que no dures un mes. Tres meses es el tiempo máximo, se constata, que los presos comunes han podido sobrevivir ateniéndose a las reglas del diseño. De modo que muchos mueren de inmediato, pero algunos han durado días, a veces semanas, para otros (ninguno de los presos comunes) llegaron a transcurrir años. Levi, que tuvo suerte fundamentalmente, vivió

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