Ensayo sobre los orígenes de la identidad étnica y cultural de los dominicanos

Ensayo sobre los orígenes de la identidad étnica y cultural de los dominicanos

Cada persona tiene rasgos y características particulares que construyen su personalidad, por supuesto estos rasgos individuales han sido fuertemente influenciados por el ambiente que nos rodea y son lo que nos identifican como individuos diferentes, sin embargo cuando toda una población habita juntos un territorio delimitado  tienden a compartir una identidad en común, esta identidad está definida por los rasgos culturales como la música, la comida, el estilo de vida, creencias religiosas, las costumbres y tradiciones, los rasgos étnicos y por supuesto su historia.

Las raíces de lo que hoy reconocemos como identidad dominicana tienen su origen con  los primeros pobladores de la isla, mucho antes de las devastaciones de los españoles, cuando los aborígenes habitaban la isla. Aquellos primero pobladores se regían por una jerarquía y división política definidas, tenían una distribución de trabajo organizada, veneraban a sus dioses, reconocían los valores y morales en una persona así como la maldad o la holgazanería. Eran una sociedad organizada y constituida.

Entonces, ¿es acaso erróneo decir que los indígenas tenían ya su propia cultural, y que ellos eran sin duda alguna los legítimos dueños de las tierras que habitaban? De hecho  los indígenas eran ya una sociedad organizada cuando los españoles invadieron sus tierras, sin embargo muchos se refieren a esta invasión como  el “Descubrimiento de América”, como si lo que existía aquí antes de llegar los españoles no importara, muchos aun admiran a los colonizadores y se refieren a ellos como los salvadores del Nuevo Continente.

No obstante, la llegada de los españoles significo el  genocidio de la raza indígena y la aniquilación, casi en su totalidad, de la sociedad que ellos habían construido. Como registro de aquella gran sociedad hoy en día solo nos quedan algunas figuras pictográficas, las cuentos tradicionales transmitidos oralmente como el mito de la Ciguapa, y, además, claro está,  las historias y descripciones escritos por los mismos españoles.

Es importante señalar que en la actualidad aun conservamos algunas costumbre indígenas, como el uso de las canoas, hamacas, artesanías en barro hechas de barro, técnicas de agricultura, como el uso de la coa, el empleo del método de los montones, otras actividades como la pesca, el cultivo de tabaco, la elaboración de casabe, el consumo del mabi, que es una bebida obtenida de llamado “bejuco de indio” así como la utilización de muchas palabra de la lengua aborigen, por ejemplo Barahona, Higüey , Azua, Ají, Babeque, Batata, Conuco, entre muchas otras.^[1]

Sin embargo también debemos reconocer que lo que hoy en día aceptamos como nuestra identidad étnica y cultural, ha sido profundamente influenciado por los españoles, a pesar de  que  impusieron su cultura a la fuerza.  La injerencia española sobre la cultura Taina inició formalmente con el establecimiento del sistema de encomiendas que consistía en la repartición un grupo de indígenas con un español para que este les  enseñara el idioma castellano, la religión católica, el modo de vida español, y les dieron trabajo y albergue, “a cambio de un salario”, que en realidad no era más que una modalidad de esclavitud.

A pesar de la mala costumbre popular de rechazar las raíces negras e indígenas y preferir los rasgos hispanos,  no cabe duda, que los diversos rasgos de la etnicidad dominicana son el resultado de las relaciones que existieron entre blancos españoles y  aborígenes tainos, y más tarde con  negros africanos. Era más común ver mujeres indígenas embarazadas de hombres negros y españoles, ya que en muchas ocasiones eran tomadas por la fuerza.

Según un estudio presentado por el científico dominicano Dr. José de Jesús Álvarez Perelló, mediante comprobación estadística y basado en el estudio de los grupos sanguíneos, el 43% del dominicano tiene un componente negroide, por lo que se observa que la raza negra también ha influido en la conformación étnica de nuestro pueblo. El mismo estudio resalta que existe en el dominicano un 40% de componente español y el restante 17% es de componente taíno.^[2]

Los negros africanos que fueron traídos a trabajar por los españoles trajeron consigo muchos aspectos de folklore y cultura, que hoy en día reconocemos como parte de nuestra identidad, como el toque de tambores, así como muchas otras costumbres que se conservan mayormente en el campo, como el culto de altares en vivienda, la adoración de deidades, la celebración de fiestas y distintos tipos de danzas. Entre los alimentos que se han incluido se encuentran el chacá y el chenchén. En la lingüística, se observa también la influencia del negro africano, por ejemplo, en la supresión de la s al final de las palabras o el cambio frecuente de la r por la l que es más frecuente en las zonas de asentamientos negros.

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