Enseñar о aprender. La crisis de la escuela como institución

¿ENSEÑAR O APRENDER? Tonucci, Francesco.

Pag. 93 a 98.

La crisis de la escuela como institución

La escuela era una respuesta educativa a una demanda de élite. Unos pocos iban a la escuela, y los que iban empezaban, asistían durante uno o dos años y después abandonaba.

El modelo era un complemento de una cultura que se formaba dentro de la familia y que era necesario para la vida pública. La escuela ocupaba el lugar de la caligrafía, oratoria, historia antigua, geografía de países lejanos, de lenguas muertas. El hijo de familia rica adquiría en casa las bases culturales: amor por el estudio, hábito de la escritura, historia contemporánea, observando el comportamiento de sus padres como ejemplo, que frecuentaban la biblioteca, escuchan sus lecturas y sus conversaciones.

La escuela enriquecía las bases culturales con los conocimientos y habilidades que serían necesarios para desempeñar el papel social que (por familia o nacimiento) correspondía a sus alumnos.

El nacimiento de las democracias occidentales y el desarrollo industrial exigen de la escuela una formación elemental, una alfabetización masiva.

Democracia: Gestión popular del poder. Cada ciudadano podrá participar en ella en la medida en que disponga de instrumentos para informarse, expresarse, discutir.

Lo exigen porque la industria utilizará miles de trabajadores y necesitan comunicarse con ellos a través de la escritura.

Estas exigencias quedan sin satisfacer a lo largo de más de un siglo y después de la última guerra mundial se plantea de forma concreta el problema de la enseñanza obligatoria para todos los ciudadanos.

La escuela de élite se amplia a toda la población, pero sin cambiar. Sigue siendo un complemento. La práctica totalidad de sus alumnos ya no tiene aquellas experiencias culturales que lo justificaban.

El desarrollo de las disciplinas demuestra esta falta de cambio en la escuela.

• EJEMPLO, HISTORIA: Cuando la escuela obligatoria duraba 5 años, veían toda la historia desde la Edad Antigua, hasta la actualidad. Cuando subió la obligatoriedad a 8 años, en lugar de replantear la disciplina, repitieron el contenido.

La propuesta es rara, los niños no entienden, los objetivos no están alcanzados. La mayoría de los alumnos deja la escuela antes de acabar la etapa obligatoria, tras repetir varias veces.

Para limitar esto, los planes de estudio se diferenciaron entre los que quieren continuar los estudios y los que quieren pasarse al mundo del trabajo, pero la situación de fracaso escolar no cambia.

En la década de los '70, en un clima de protestas generalizadas, la escuela sufre el ataque más importante:

Se denuncia la selectividad, el academicismo, el alejamiento de la vida, de la realidad de los estyudiantes, se habla de expresión libre, corporeidad, investigación, medio ambiente.

A pesar de todo, la escuela no cambia. A una presión tan fuerte reacciona: rebajando sus planteamientos y sus niveles.

Para adaptarse a todo el mundo, en lugar de revisar sus objetivos, su estructura y sus métodos, renuncia a la selección precoz, se empobrece y permite (incluso a los más débiles), acabar el ciclo obigatorio.

La escuela no cambia, sigue siendo de complemento, permanece la selección pero hacia los niveles superiores, institutos, universidades y trabajo.

Sube el porcentaje de analfabetismo funcional, los instrumentos culturales más elementales propuestos por la escuela: la lectura y la escritura.

"La escuela de todos no se ha convertido en la escuela para todos".

En estas décadas la escuela aceptó la entrada de las masas, pero no se ha replanteado radical y profundamente su nueva función, sus nuevos objetivos.

Ahora que todo el mundo va a la escuela, son muchos menos los que pueden encontrar en su familia las necesarias bases o modelos culturales.

Son pocos los que encuentran libros en su casa, que ven leer o escribir a sus padres. Si la escuela es un complemento, resulta incomprensible para todos los que no podees nada que justifique ese complemento.

Una escuela que quiera ser realmente para todos:

Debe preocuparse por ofrecer atodo el mundo aquellas bases, motivaciones, modelos culturales para construirse un patrimonio de conocimientos, habilidades, competencias.

La relación ENSEÑANZA-APRENDIZAJE no funciona

Esta relación en la cual se basa la escuela, no es cierta. La enseñanza no garantiza el aprendizaje.

Quienes aprenden y sacan buenas notas, son inteligentes y los que tienen ayuda en casa. No son buenos, no aprenden y son perezosos los que no tienen detrás de ellos una familia preocupada y preparada.

"Tienen éxito en la escuela los que no la necesitan".

La escuela debería contribuir a la igualdad entre los ciudadanos, pero sin embargo alimenta las diferencias.

Frases de maestros. "Se esfuerza pero no progresa, no es inteligente".

Se aprende incluso sin enseñanzas del tipo escolar. El niño desarrolla la mayoría de sus potencialidades cognitivas antes de la edad escolar y muchos conocimientos derivan de experiencias que vive fuera de la escuela y en los medios de comunicación.

Además, la demanda de contenidos elementales para las necesidades productivas y vinculadas a la participación en la vida democrática, descendieron:

• El teléfono y la televisión reemplazaron la correspondencia, la lectura del periódico, las instrucciones para usar máquinas.

La escuela no está en condiciones de ofrecer propuestas actualizadas de las tecnologías y los lenguajes modernos.

Por todo esto, hoy en día es muy facil dudar de la utilidad y necesidad de supervivencia de esta enorme estructura pública (la escuela), incapaz de modificarse, hegemónica y por lo tanto, sin estimulos a la competencia, sin incentivos económicos para los que trabajan en ella e incapaz de alcanzar sus objetivos mínimos.

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