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Enseñar Y Aprender


Enviado por   •  4 de Septiembre de 2011  •  9.849 Palabras (40 Páginas)  •  2.798 Visitas

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Enseñar y aprender

Enseñar y aprender son dos conceptos claves, que constituyen el corazón de todo proceso educativo y de los que se derivan todas las metodologías y actividades que propone el docente en el aula.

Muchas veces los docentes no podemos verbalizar ni caracterizar las concepciones de aprendizaje y enseñanza que guían nuestras prácticas. Pero al analizar nuestro desempeño en el aula y reflexionar sobre cómo nos relacionamos con los estudiantes y con el conocimiento, podemos deducir los conceptos de enseñanza y aprendizaje que inspiran nuestra acción educativa.

La práctica en el aula expresa realmente lo que pensamos sobre enseñar y aprender.

La relación entre teoría –lo que comprendemos y creemos, más allá de los discursos– y práctica es tan estrecha que si alguna vez deseáramos mejorar nuestro desempeño, con el objetivo de que los estudiantes alcancen mejores logros, las innovaciones no podrían limitarse solamente a las prácticas, actividades y estrategias metodológicas. Está comprobado que los resultados no se modifican si los cambios ocurren solamente en la dimensión didáctica, sin que haya transformaciones en la enseñanza y aprendizaje que, consciente o inconscientemente, dirigen nuestro quehacer profesional.

Estas consideraciones hacen que el tema ¿Qué es aprender y qué es enseñar? sea de vital importancia para nuestra formación continua. Reflexionar sobre estos contenidos nos permite, a los docentes, una auto-reflexión sobre las concepciones teóricas que animan nuestras prácticas, para confrontarlas con el rol político y social que ejercemos y evaluar si ameritan ser transformadas o no. Este folleto nos llevará también a revisar si nuestras prácticas de aula corresponden o no con la intencionalidad de que nuestros estudiantes aprendan cada vez más y mejor.

Un poco de historia

Los procesos de enseñar y aprender son partes esenciales del ser humano. La sobrevivencia de todas las sociedades ha dependido del ejercicio de aprender y de enseñar. Los adultos siempre han transmitido a las nuevas generaciones todos los conocimientos, habilidades y creencias desarrollados por ellos y por sus antepasados para que la sociedad continuara existiendo y pueda desarrollarse más. Leontiev, pedagogo ruso, decía que si en este momento todos los adultos desaparecieran del planeta, los niños y niñas volverían a las cavernas. Es decir volvería a empezar la historia humana.

Si bien los procesos de enseñanza y de aprendizaje han estado presentes a lo largo de la historia humana, la investigación científica de cómo se produce el aprendizaje y su correspondiente relación con cómo se debe enseñar es reciente.

¿Qué es aprender y qué es enseñar?

Si bien estos conceptos están íntimamente imbricados, e interrelacionados, como las caras de una moneda, son dos procesos totalmente distintos.

Metodológicamente el aprendizaje está en el lado de los estudiantes. Es el proceso que se relaciona con la psicología, que estudia y provee información sobre cómo aprenden los estudiantes y, concretamente, sobre cómo llegan a dominar los conocimientos científicos, las actitudes y los procedimientos. Mientras que la enseñanza está del lado de los adultos y se relaciona con la pedagogía, que investiga para qué, cómo y qué deben hacer los profesores para que los estudiantes logren aprendizajes duraderos y significativos.

Comprender cómo los niños y niñas aprenden los conocimientos científicos, las actitudes y los procedimientos necesarios para entender y actuar positivamente sobre el mundo en sus dimensiones científica, artística, social, tecnológica y filosófica, es fundamental pues de esta comprensión dependerá la selección de los contenidos, estrategias y actividades que apliquemos en el aula.

La labor de traducir la teoría de aprendizaje en aplicaciones prácticas podría ser significativamente sencilla, si el proceso de aprendizaje fuera relativamente simple y directo. Desafortunadamente, este no es el caso. El aprendizaje es un proceso complejo que ha generado numerosas interpretaciones y teorías sobre cómo funciona realmente.

Además, cada teoría de aprendizaje depende de una concepción sobre el ser humano, del momento histórico en el que está inserta, de los avances de otros campos del conocimiento, etc. Esto hace que cada enfoque nazca en un contexto que lo explica y le da sentido.

Se presenta, a continuación, una somera revisión de los aportes más significativos que ha realizado la psicología del aprendizaje desde una mirada pedagógica. Esta revisión tendrá como capítulo final un ejercicio de concreción de un postulado de Vigotsky enriquecido con los aportes de Ausubel y Feuerstein, con el objetivo de ejemplificar cómo se puede “aterrizar” al aula los planeamientos teóricos. Este ejercicio provee de descriptores del desempeño docente que ayudarán ha visualizar mejor el proceso de cambio que se propone.

La psicología del aprendizaje

La psicología comenzó como ciencia empírica en 1879. Muchos de los psicólogos de esta primera época estuvieron interesados en entender los eventos mentales. Al inicio del siglo XX, el psicólogo americano, John Broadus Watson, puso en duda el concepto de que la psicología fuera el estudio de la vida mental, porque esta nunca podría ser estudiada objetivamente. Broadus Watson propuso que la psicología se convirtiera en la «ciencia de la conducta», la cual sí podría ser estudiada de manera objetiva y permitiría muchos descubrimientos.

El aprendizaje visto desde la teoría conductista

Este enfoque dominó gran parte de la primera mitad del siglo XX. Sus principales exponentes fueron: Iván Petróvich Pavlov (1849-1936), Watson (1878-1958), Edward Thorndike (1874-1949), Burrhus Frederic Skinner (1904-1999), entre otros, que intentaron explicar el aprendizaje a partir de unas leyes y mecanismos comunes para todos los individuos.

Estos científicos, basados en los resultados de los experimentos e investigaciones que realizaron sobre el comportamiento animal, concluyeron que el aprendizaje humano, al igual que el animal, era una respuesta visible que se producía ante un determinado estímulo a partir de un reflejo condicionado.

Para ejemplificar lo anterior, describiremos uno de los experimentos llevados a cabo por el psicólogo de Pensilvania, Burrhus Frederic Skinner, llamado la Caja de Skinner.

Estos experimentos fueron realizados en su mayoría con ratas, gatos y pichones. Se los introducía en una caja de simple fabricación, que tenía por dentro una palanca llamada manipolandum. Cuando, por alguna ligera presión, se accionaba esta palanca, que estaba conectada a un tazón con alimento, este se volteaba dejando caer la comida al interior de

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