Enseñanza del cuerpo- Tutorías Ciclo INFD

Enseñanza del cuerpo- Tutorías Ciclo INFD

Con los chicos reunidos en un gran grupo, la maestra les propone efectuar diferentes movimientos con el cuerpo, por ejemplo, abrir y cerrar las manos, subir y bajar los brazos, mover suavemente la cabeza de lado, arriba y abajo, abrir y cerrar la boca, etc. Durante la actividad también les indica que se toquen las distintas partes del cuerpo involucradas en los movimientos, por ejemplo: manos, cráneo, brazos, mandíbulas y les hace decir cómo perciben los huesos al tocarlos. Al día siguiente, agrupa a los niños de a tres y les pregunta dónde tienen huesos y para qué creen que les sirve tenerlos. Luego solicita que en los papeles afiches que están en el piso, uno de ellos se acueste y los otros con tizas dibujen el contorno del cuerpo.  A continuación les entrega lápices negros y les pide que dibujen cómo suponen que es el esqueleto.  Luego pregunta si conocen a alguien que se haya roto un hueso y les pide que cuenten todo lo que saben al respecto (por ejemplo en qué parte está ubicado el hueso lesionado, qué dificultades ocasionó la lesión para caminar, higienizarse, etc). Al finalizar, expone los papeles afiches y socializa los dibujos de cada grupo, solicitando en cada caso las aclaraciones que considera convenientes. El tercer día trae láminas y un esqueleto de material plástico y con preguntas orientadoras, les pide que traten de señalar qué huesos serían los que se habían movido cuando separaban el brazo del cuerpo, cuáles no se movieron al bajar la cabeza, cuáles los que se habían lesionado, etc.  A continuación, les propone que traten de reconocer en sus papeles afiches en qué se parecen y en qué se diferencian los dibujos que ellos hicieron del material presentado y si consideran necesario modificarlos, pinten con otro color la parte involucrada. El docente los ayuda, registrando en los afiches algunas aclaraciones de los chicos: por ejemplo “las manos tienen muchos huesitos”,  “no dibujamos las costillas”, “en la pierna hay huesos muy grandes”. Luego solicita a las familias que le envíen radiografías de huesos.  Cuando  dispone del material selecciona las que considera pertinentes y agrega algunas que había conseguido por su cuenta. Coloca en cada mesa tantas radiografías como chicos hay y les propone que las miren a trasluz y se las vayan intercambiando. Aquellas partes que los chicos reconocen son pegadas en otros papeles afiches. El último día y a manera de cierre, arma con los niños un esqueleto articulado utilizando las radiografías identificadas, completando las partes que faltan con dibujos realizados por los niños con ayuda de la docente.  

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