Entre Desembarcos, Libros Y Algo Mas
Enviado por milybarra • 9 de Noviembre de 2012 • 1.751 Palabras (8 Páginas) • 518 Visitas
Entre desembarcos, libros y algo más….
Relato del proyecto de capacitación “in situ” Nuevas miradas a la lectura y la escritura en la escuela
- No, la encargada de abrir la biblioteca hoy no vino
- En realidad no tenemos bibliotecaria
- No, la llave la tiene la directora y hoy ella no viene.
- Hay demasiados contenidos que cubrir, no hay tiempo para la biblioteca.
- Una vez fuimos a ver una película y perdimos tanto tiempo en encontrar un adapta-dor que se nos fue la hora y no vimos nada.
- Seño, ¿podemos tocar los libros?
- Seño, ¿qué hay en esos muebles con candados?
- Mis alumnos son disciplinados en el aula, llevarlos a la biblioteca implica desorden y bullicio.
- Prestar los libros, ¿para qué?, si los rompen o peor, los roban.
Frente a esta sinfonía de voces heterogéneas, se inició nuestro desembarco en un grupo de escuelas urbano marginales. Todos los miembros del equipo Tucumán en tiem-po de lectura perseguíamos una meta ambiciosa: liberar a las bibliotecas de sus canda-dos materiales e ideológicos y devolver a sus legítimos dueños lo que durante tanto tiempo les había sido negado.
A la capacitación “in situ” llegamos a partir de una reflexión profunda de experien-cias anteriores y de la necesidad de generar innovaciones que produzcan un mayor im-pacto cualitativo en las instituciones, respondiendo al mismo tiempo a los requerimientos de las autoridades del Ministerio de Educación de nuestra provincia. Nos solicitaron realizar un trabajo intensivo en lectura y escritura con escuelas urbano-marginales con altos grados de conflictividad social e institucional.
Es así que nuestra incursión en las escuelas estuvo respaldada por un proyecto con objetivos bien definidos:
- Crear un espacio de reflexión, sensibilización, y ejercicio de prácticas personales de la lectura.
- Actualizar el conocimiento de la LIJ en nuestros docentes y acercar nuevas miradas a la Didáctica de la escritura y lectura en sus prácticas cotidianas.
- Habilitar las bibliotecas como espacio de encuentro y apropiación de la cultura escrita, tendiendo a que se constituyan en centro de la vida escolar.
- Capacitar a los docentes como gestores de lectura desde una visión sociocultural.
Al comienzo de los encuentros, que realizábamos con la modalidad de taller una vez por semana, debimos hacer frente a la resistencia que acechaba amenazante:
- No entremos todavía, que esperen
- Hoy no podrán trabajar con los libros porque no está la llave
- ¿y el resto de los docentes?
- Es que nos olvidamos que hoy había capacitación y los chicos no se van a ir…
- ¿Pudieron leer el material? – No, estuvimos con muchas cosas, evaluaciones pro-yectos, usted sabe….
- ¿esperamos a la directora para empezar? – No, ella se encarga solo de cuestio-nes administrativas….
- Sabe profesora, acá la bibliotecaria es una mujer muy difícil…no nos presta los li-bros, muy rara vez permite que los chicos trabajen acá –refiriéndose al espacio de la bi-blioteca- además usted no sabe el carácter que tiene, mejor tenerla por las buenas.
En otra escuela se presentó la siguiente situación:
- ¿y los libros de la biblioteca?
- No, no nos llegaron
- Cómo no, si ésta es escuela Promer - la capacitadora recorre las instalaciones hasta que encuentra en Secretaría el mueble biblioteca entregado por Promer- y ésto? –señala los estantes donde se colocó todo tipo de elementos de oficina, de cocina, menos libros-
- Ah, ese dice usted, lo que pasa es que no teníamos donde colocar las cosas y bueno, aparte para que no se dañen los libros los tenemos guardados en las cajas, porque usted no sabe lo que son los chicos de esta escuela.
Así fuimos topándonos con sorpresas de distinto calibre: recursos que existían pero en un ámbito que ignoraba su potencial y donde el conocimiento ocupaba un lugar postergado. Bibliotecas de fantasía, bibliotecas – depósitos, personal cómodamente instalado en tradiciones escolares que iban a contramarcha de nuestros objetivos y que no permitirían ser desbaratadas por la capacitación de turno. Es así que la resistencia estuvo, y se hizo presente en las demoras, en las trabas de distinta índole, en el incumplimiento de ciertas tareas. En fin, distintas situaciones que fueron surgiendo sobre la marcha y que los talleristas tuvimos que tolerar, comprender y poco a poco ir revirtiendo. La modalidad “in situ” no era precisamente un lecho de rosas, sin embargo consideramos para futuras implementaciones en el 2010 un dispositivo mixto en el que en una primera etapa trabajaríamos intensamente “fuera de la escuela” con todo el plantel docente y en una segunda etapa, ingresaríamos a la escuela. De esta manera- conjeturamos- iríamos preparando el clima emocional y cognitivo de los docentes.
A pesar de este panorama a veces desalentador, la meta que ambicionábamos nos daba fuerza para seguir y sobretodo porque comenzaron a aparecer nuestros primeros aliados: los niños y los maestros que no dudaban en manifestar su apoyo a nuestra noble cruzada, que al fin de cuentas era de la escuela toda…:
- Seño, ¿cuándo nos toca de nuevo el taller a nosotros?…
- ¿Nos puede traer cuentos que den mucho miedo…?.
- Los llevé a la biblioteca y daba gusto verlos a cada uno leyendo un libro….
- Sabe profe, hice el taller con el recorrido lector que usted sugirió y les encantó, todos los días me piden Lautaro y su sombra….
- Y pensar que estos libros estaban en la escuela y yo no los conocía…
También
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