Escritos 1
Enviado por LokoLokuas • 25 de Enero de 2013 • 1.820 Palabras (8 Páginas) • 302 Visitas
Durante la noche me encontraba sentado a la sombra de la mesa, solo se oía el frio viento chocar con las ventanas. Un tenue brillo proveniente de la ventana iluminaba el retrato colgado sobre la pared. No tenía hambre, y ya había pasado la hora de la cena, solo quería estar en esa posición, esperando a que la lluvia comenzara a bañar la ciudad. El olor a vino que se desprendía de la cocina, anunciaba la llegada de un extraño más, de una persona que llega al refugio de los protegidos. El santuario expresa sollozos, abre las puertas al que quiera venir, al desterrado, al que va de paso, y a todo aquel que no quiera pasar de largo. Una vez más se oye rugir el cielo, y una gran luz ilumina la noche, el olor a vino se ha incrementado y comienzan los tambores a sonar, anunciando una gran fiesta. Nunca conocí tal excitación, las antorchas bajo la lluvia haciendo círculos ante el fuego, gritando, bailando y pateando cual objeto se atraviese a luces giratorias. El ambiente frio se ha transformado a la excitación de la noche, el tenue brillo se transforma en un fuego creciente. La tormenta que ahora se desprende del cielo no puede con tal emoción, con tanta energía…
El sol hace que desaparezca la noche, su destello que llega sobre mi cara anuncia la llegada de un nuevo día, de una rutina mas, de caminar con los pies cansados, hasta donde la noche haga su aparición nuevamente… tomo mi traje, mi bastón y mi sombrero, emprenderé la aventura hacia el fin del mundo, donde los sabios han dicho que se encuentra el fin de la tierra, donde no se puede llegar mas allá, y donde la tranquilidad absorberá mi sentir. No se ha donde voy, no me dijeron el camino, solo la dirección. No sé si pueda seguir el trayecto que las estrellas me dibujan en el cielo, que tratan de guiar mis pies descalzos hasta el fin del mundo. La sensación mas desagradable que he sentido, ha sido durante este camino, he perdido que día es hoy, no sé qué mes y que año, no conozco en qué minuto sigo caminando… Cada paso que doy, se despide de mi pasado, aunque escape del lugar de donde vengo, la persecución no ha cesado. Soy un cobarde, no pude enfrentar a mis perseguidores y decidí huir, decidí forjar un nuevo camino y elegí correr hasta el fin del mundo.
Un viejo león me dijo por dónde empezar, me dijo de donde debía partir y hasta donde tenía que llegar, no recuerdo sus palabras exactas, no recuerdo de donde emprendí mi huida, no recuerdo el pelaje de ese viejo león. Mi cuaderno y mi pluma se han convertido en mis fieles amigos, se interesan en lo que tengo que relatar, en lo que quiero compartir, no juzgan las palabras de un loco que corre, que huye y que no pelea, preguntan cada vez más sobre lo que tenga que decir… ellos son los que ahora narran mi historia, he perdido el habla, no puedo pronunciar palabra alguna, letra que sirva de expresión, letra que ayude a expresar el camino que hasta ahora llevo…
Tal vez te preguntes que es tan terrible, que es lo que puede hacer que alguien tenga tanto miedo para correr durante…no recuerdo cuanto tiempo ha pasado. Que puede hacer que este loco no recuerde cuando empezó todo, que no sepa en que día de su existencia se encuentra. No huyo del tiempo, mas no tiene sentido alguno, la construcción que se ha creado de lo que llamamos tiempo, no es útil cuando se huye, cuando estas escapando. Si, olvide que día es hoy porque no tiene sentido saber desde hace cuanto huyo… no hay necesidad.
Nadie podrá reír, nadie sentirá la sensación sobre mi piel, gran circo se avecina cantando, en cada pueblo se detiene, igual que yo, para apreciar la gente que ahí habita, buscando unos segundos de distracción, de romper la oxidada monotonía, de tratar de seguir adelante y conocer nuevos rumbos por los cuales caminar… coincidí con el circo en un extraño pueblo, uno de tantos que han sido testigos de la partida que emprendí hace mucho tiempo, o quizá poco… un extraño cartel a la entrada anuncia un lugar “mágico”, un lugar donde no tendré que esconderme, un lugar para disfrutar.
La función me ha ayudado a olvidar más de lo que ya he olvidado, ha tratar de intentar vivir bajo los pasos de mi perseguidor, ante la mirada triste de cada uno de los pueblos que cruzo para no volver jamás, como aquel que fue el primer observador de mi travesía en el afán de escapar…ahora recuerdo las palabras de un viejo de extraña fachada, de semblante inerte y capaz de mirar mas allá de lo observable, mas allá de lo imaginable… platicando con él, me conto una extraña historia, una historia cuya frase final me congelo y me provoco un estado de petrificación, no podía mover un solo nervio de mi cuerpo. Sus palabras tristes me guiaran el resto del camino, hasta que encuentre el fin del mundo… por mas lejos que yo vaya, nunca podre escapar, no podre escapar de mi mismo… mi sombra se aferra a mis pasos, y cuando la noche la consume en su inmensidad, regresa al día siguiente mas tenebrosa que el anterior…
No sé cómo encontraste esto, quizá ya esté muerto y un aventurero perdido en mi ruta lo levanto entre mi
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