Esteban Murillo
Enviado por catgirl • 23 de Noviembre de 2011 • 1.392 Palabras (6 Páginas) • 526 Visitas
Esteban murillo
En las pinturas de Esteban Murillo se ven claros ejemplos de condición humana de los siglos XVI y XVII, donde los hombres de esa época creían en pueblos mágicos, en donde se veían así mismos habitando con lo natural, lo sobrenatural, sublunar y lo supralunar se entrelazaban. Desde un contexo a manera de creer, que el hecho de que el pintara ese tipo de modelos en sus diseños, se debia a que desde su infcia estubo en constate contacto con el tema, ya sea desde casa con sus padres, familiares y amigos o con la gente que se encotrara a su alrededor y que de sierta forma notaban algo "divino", algo particular a su vez pretendian hacer resaltar, aquello que aun conocemos como el llamado "don". Se decia:
....la vocacion de Dios
El día de su Bautismo recibió el nombre de Bartolomé y la madre lo ofreció al Señor, consagrándolo al servicio de la Virgen María. Ella soñaba con que fuera sacerdote, pero a los doce años de edad, cuando debía comenzar sus estudios en el seminario, el joven Bartolomé insistió que quería en vez dedicarse al arte. Su padre tampoco estaba feliz. El soñaba con que su hijo fuese mercader.
Los padres consultaron con su tío, el cirujano Juan Lazarez, quien era amigo del pintor Juan del Castillo. Se concertó una prueba de las aptitudes del joven y el señor Castillo determinó que su talento era prometedor. "Dios ha puesto gran destreza en sus manos y muchos sueños en su corazón", concluyó. Los padres no se reconciliaban con la idea de un hijo artista, pero el tío les ayudó a razonar con mayor respeto a la providencia. "Dios tiene sus caminos", les dijo, "para guiar la juventud hacia lo que El quiere". Sin dudas detrás de todo estaba la providencia de Dios queriendo honrar y aumentar la devoción a Su Santísima Madre.
....un camino cuaesta arriba
Don Juan del Castillo tomó a Bartolomé como discípulo. "No te sientas mal, mamá" dijo el joven, "pintaré a la Santísima Virgen María como nunca ha sido pintada". Sus palabras resultaron ser proféticas. Bartolomé Murillo produjo cientos de pinturas de la Virgen María. Al menos 25 de ellas la honran bajo el título de la Inmaculada Concepción.
Cuando el señor Castillo invitó a los padres de su mejor discípulo a ver sus obras, el señor Murillo preguntó, "¿No tiene otra cosa que pintar?". Pero la madre repuso: "¿Cómo podría encontrar un sujeto tan maravilloso?. Aquí la madre tenía razón. Nadie se acerca a la belleza de la Virgen y mayor belleza, solo Dios.
Los padres no vivieron para ver el éxito de su hijo. Ambos murieron antes de que cumpliera sus 20 años, lo que hizo que el joven se viera en grandes aprietos económicos. Tenía que ganarse la vida y mantener a su hermana pequeña. Así comenzó a vender en el mercado llamado la Feria de Sevilla. Pintaba al aire libre junto a la Iglesia de Todos los Santos, vivía de las pocas monedas que le ofrecían. Mientras tanto, sostenía a su hermana, crecía su talento y se daba a conocer.
Murillo se interesó en especial por la gente sencilla, queriendo captar la viveza y la naturalidad de sus expresiones. Para lograrlo, su trabajo en la calle, entre amas de casa con sus niños, obreros, gitanos y profesionales, ofrecía cierta ventaja que le inspiraba a encontrar su propio estilo lleno de humanidad y calor.
....un sacrificio heroico
Después de dos años pintando en el mercado, su corazón latía con el deseo de conocer a los mejores artistas de Europa y aprender de ellos. Parecía un sueño imposible, pero el tío Juan vino a su auxilio haciéndose cargo de su hermana. Para financiar su viaje, Murillo se encerró a pintar cientos de escenas religiosas. Había una gran demanda para ellas en el mercado con el Nuevo Mundo donde se construían nuevas Iglesias.
En Madrid visitó al gran Velázquez, el pintor oficial del rey, quién lo recibió amablemente y evaluó su trabajo. "Tienes mucho talento", le dijo el pintor real, "pero hay muchas asperezas. Necesitas mas entrenamiento. Te invito a quedarte
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