Etica Y Deontologia
Enviado por rodolfo87 • 24 de Abril de 2015 • 2.000 Palabras (8 Páginas) • 236 Visitas
ÉTICA Y DEONTOLOGÍA: FORMACIÓN, CALIDAD HUMANA Y EJERCICIO DE LA PROFESIÓN DE PSICÓLOGO.
Ángel Puerta Garrido
Secretario de la Comisión Deontológica Estatal del C.O.P
(1993 – 2001)
RESUMEN
En este trabajo se comentan una serie de artículos del Código Deontológico que aluden a valores éticos y valores morales, analizándose el diferente radio de acción de la ética y de la moral.
Se defiende la necesidad de incorporar este tipo de valores como un elemento sustantivo para conseguir una práctica profesional de calidad y de respeto a las personas humanas.
Palabras clave: Ética, Moral, Deontología, Formación , Calidad.
ABSTRACT
INTRODUCCIÓN
Genéricamente, se entiende por deontología la ciencia o el tratado de los deberes que afectan a un determinado campo profesional. Sin embargo, muchos opinan que la deontología es una especie de “ética aplicada”, lo que a mi modo de ver es inapropiado, dado que los códigos deontológicos se suelen configurar como un conjunto de principios éticos y morales que no son idénticos y que incluso pueden llegar a ser contradictorios. Pese a ello, se observa cierta tendencia a confundir ética y moral, como queda patente en la definición que hace el diccionario de María Moliner de ambos conceptos. Así, señala que la ética es una parte de la filosofía que trata del bien y del mal de los actos humanos, equiparándola a la moral, cuando dice que la ética es el conjunto de principios y reglas morales que regulan el comportamiento y las relaciones humanas. Pero, como señalan Hidalgo (1994) y Bueno (1996), la distinción entre ambas es algo mucho más compleja, y como se sugiere en el título de este artículo, mediante la conjunción “y”, ética y deontología no son términos sinónimos.
Etimológicamente, ética proviene de la palabra griega “êthos” que alude a los comportamientos del individuo derivados de su propio carácter (Hidalgo, 1994), lo que sugiere cierta independencia del contexto inmediato. Éste significado está presente, por ejemplo, en afirmaciones del estilo, “lo hice por motivos éticos”, “ mi ética no me lo permite”, que hacen referencia a un deber que emana de la propia intimidad, no de la inercia social y, menos aún, de una presión exterior (Bueno, 1996). Mientras que la moral procede de una raíz distinta, del latín “mos- moris”, que se relaciona con las costumbres que regulan los comportamientos de un grupo social determinado, así se habla de “moral tradicional”, “moral burguesa”, “moral católica”, “moral y buenas costumbres”, etc. La diferencia entre ambos conceptos recuerda a la que existe entre los de justicia y legalidad.
Considerando tales diferencias, se pueden detectar algunas contradicciones en el articulado de la mayoría de los códigos
deontológicos. Por ejemplo, si un abogado, valiéndose de las técnicas procesales previstas en las leyes, consigue la absolución de un delincuente, diremos que ha obrado de una forma moral y deontológica, aunque ha provocado un efecto injusto, desde el punto de vista ético. Este ejemplo sirve para ilustrar la necesidad de que los profesionales reciban una formación suficiente que abarque no solo la capacitación técnica precisa, sino también una sólida formación en valores éticos y morales. Sólo de este modo se podrá ofrecer una práctica profesional adecuada.
ÉTICA, MORAL Y FORMACIÓN TÉCNICA EN EL CÓDIGO DEONTOLÓGICO DEL PSICÓLOGO
Centrándonos en el Código Deontológico del Psicólogo (CDP), se observa que trata de resolver la contradicción entre los principios éticos y morales en su artículo 65, indicando que: “Cuando un psicólogo se vea en el conflicto de normas adversas, incompatibles, ya legales, ya de este Código deontológico, que entran en colisión para un caso concreto, resolverá en conciencia, informando a las distintas partes interesadas y a la Comisión Deontológico Colegial” (la negrita es mía). El hecho de apelar a la conciencia del individuo más que a normas morales identificables sugiere que el dilema se debería de resolver desde una perspectiva ética, dado que se está aludiendo a la propia intimidad o carácter, en definitiva, al “ethos” de cada cual.
Es claro que la ética posee un radio de acción muy amplio, va más allá de unos preceptos morales concretos, ya que alcanza a todos los seres humanos en cuanto pertenecientes a la misma especie. De hecho, cuando el CDP menciona los Principios Generales (apartado primero) que regulan la actividad profesional está refiriéndose a valores de marcado carácter ético, tales como: “principio de respeto a la persona”, de “responsabilidad”, de “honestidad o sinceridad”, de competencia profesional” (Hierro, 1993). Tales principios son apreciables en los siguientes artículos:
Art. 6.: “... respeto a la persona, protección de los derechos humanos, sentido de la responsabilidad, honestidad, sinceridad para con los clientes, prudencia en la aplicación de instrumentos y técnicas, competencia profesional, solidez de la fundamentación objetiva y científica de sus intervenciones profesionales” (la negrita es mía).
Art. 7.: “...ni contribuirá a prácticas que atenten a la libertad e integridad física y psíquica de las personas. La intervención directa o la cooperación en la tortura y malos tratos..” (la negrita es mía)
Art. 10.: “...No hará discriminación de personas por razón de nacimiento, edad, credo, ideología, nacionalidad, clase social, o cualquier otra diferencia”.( la negrita es mía )
Art. 11.: ”El/ la psicólogo/ a no aprovechara, para lucro o beneficio propio o de terceros la situación d poder o superioridad”.
Art. 12.: “...Especialmente en sus informes escritos,..., será sumamente cauto, prudente y critico, frente a nociones que fácilmente degeneran en etiquetas devaluadoras y discriminatorias”.
Si nos detenemos en su contenido, podría afirmarse que todos estos artículos parecen inspirados en la Declaración Universal de Derechos Humanos
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