Evaluación Educativa

Diplomado en Planificación y Evaluación

Modulo: Evaluación Educativa

Rol del docente en el proceso de la evaluación.

En el ámbito educativo, la evaluación es un proceso que permite determinar que los objetivos planteados se han cumplido o no, información que servirá para retomar aquellos que no fueron asimilados por los alumnos, reforzar los alcanzados y corregir errores presentados durante el proceso para no volver a incurrir en los mismos en el futuro, esto implicaría un cambio de estrategia en el docente.

Autores como J. Crombach(1963) definen la evaluación “ Un proceso planificado - cercano a la planificación de un programa de investigación – que busca obtener información para ser comunicado a los interesados que toman decisiones acerca de la enseñanza”.

Por su parte E. Himmel(1999) la define como un “Proceso que lleva a emitir un juicio respecto de uno o más atributos de algo o alguien, fundamentado en información obtenida, procesada y analizada correctamente y contrastada con un referente claramente establecido, sustentado en un marco de referencia valórico y consistente con él, que está encaminado a mejorar los procesos educacionales y que produce efectos educativos en sus participantes, para lo que se apoya en el diálogo y la comprensión”

Ambos autores coinciden en el rol formativo de la evaluación, siendo esta un proceso sistemático dentro del proceso educativo que se utiliza preferentemente como estrategia de mejora y para ajustar sobre la marcha, los procesos educativos en miras de alcanzar las metas propuestas en la planificación.

Se evalúa para la toma de decisiones, el docente no debe conformarse con solo recoger una información sobre los resultados del proceso educativo y emitir un tipo de calificación. Se toma alguna decisión para la mejora, renovación o cambios en las prácticas pedagógicas. La evaluación debe ser una actividad permanente y flexible, integradora, sistemática, inherente al aprendizaje, dinámica, analítica, motivadora y que brinde retroalimentación de acuerdo a los éxitos o fracasos.

Por tanto, la educación actual requiere de un docente comprometido no solo a “calificar” a sus alumnos, sino a emitir un juicio de valor que exprese el grado de conocimientos, destrezas y habilidades del alumno, como resultado de algún tipo de prueba, examen o procedimiento evaluativo. Debe poseer capacidad de buen juicio, incentivar a sus estudiantes en el desarrollo de sus actividades y fomentar la participación no solo de los estudiantes, sino de los padres y representantes que pueden llegar a ser grandes aliados en el éxito escolar de sus hijos.

El docente que centra su atención en tratar de comprender qué y cómo están aprendiendo sus alumnos abre la posibilidad de que la evaluación deje de ser una forma de calificar, para pasar a ser una herramienta que permita

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